Toda una vida laboral como educador, practicando deportes y sirviendo a la comunidad. Casi 40 años ejerció la docencia en la escuela “José Abelardo Núñez”. Se ha desempeñado en todos los niveles del Cuerpo de Bomberos y, como futbolista, llegó a defender la selección de Villarrica.
Lo que más le ha marcado, sin embargo, es su cariño por la educación y por los niños. Gabriel Alfonso Tapia Rodríguez, (71), casado, 3 hijos, su padre, 4 hermanos y su hija menor también docentes. Se tituló como profesor general básico en la Universidad Católica de Temuco y no se detuvo hasta jubilarse hace 6 años.
Clara vocación
Su gran vocación por la enseñanza ha sido muy notoria. “Cuando tenía 23 años formamos con otros colegas una escuela de adultos lo que fue una gran experiencia para mí. Después, poco antes de jubilar, en el Centro de Detención Preventiva, formamos la Escuela Cárcel “Héctor Valenzuela Cea”, lo que fue muy significativo en lo humano y en lo social”, recuerda Gabriel.
“Siento que he sido bendecido en mi trabajo. El cariño de los niños y el reconocimiento de padres y apoderados, algunos ex alumnos, es realmente impagable. Muchos, ya profesionales, me iban a visitar a la escuela y hasta hoy me saludan en la calle. Mi especialidad era la matemática, pero también me dediqué a la educación física”, aclara. “En los últimos años, a pedido de la directora Esmérita Pacheco, fui inspector general aunque nunca me gustaron los cargos directivos, pues prefería ser profesor y siempre me estuve perfeccionando en cursos en Valdivia y en Temuco”, apunta.
Rememorando su labor docente, expresa que predominan las alegrías, pero que es doloroso despedir a quienes fueron colegas por muchos años, también por supuesto a ex alumnos. “Una de las penas más grandes fue cuando falleció un alumno al ser atropellado cerca de la escuela. Lo había conocido de chiquito”, dice con emoción.
Respecto a la educación actual, el ex profesor Tapia opina que “ha decaído desde que se empezó a considerar como objeto del mercado y se fue politizando. Ahora no hay mayores exigencias, no se lee como antes, lo que es el gran defecto de esta sociedad”, sostiene. “En mis tiempos, se leía mucho. Recuerdo que mi primer sueldo lo invertí en libros que intercambiábamos con mi amigo, Guido Bascur”, dice.
De voluntario a directivo
Como bombero ingresó en 1967 aún en el liceo a la 2da. Compañía y estuvo activo por más de 50 años. “Ocupé prácticamente todos los cargos directivos, en la comandancia y en la dirección general hasta llegar a ser superintendente”.
“Traté siempre de ser muy respetuoso con los demás y cumplir con dedicación y empeño las responsabilidades que fui asumiendo”, relata Gabriel, quien hoy integra el Consejo Superior de Disciplina de Bomberos.
Multi deportista
En el deporte, Gabriel Tapia fue siempre muy aficionado a practicar distintas disciplinas, aunque el fútbol destaca pues llegó a ser capitán de la selección de Villarrica. También jugó básquetbol, vóleibol, tenis de mesa y corrió maratones cuando se pudo.
“Comencé con 15 años a jugar por Colo Colo local, después de tres años, me enrolé en Ferrovilla, que era el club de mis hermanos. Por el fútbol pude conocer gran parte de Chile y del sur de Argentina. A la selección fui llamado cuando tenía 17 años. Nunca me decidí por un solo deporte. Me gustaba mucho jugar y competir en todos los deportes”, explica.
“Practicar deportes seriamente es muy beneficioso para la salud y en la formación de las personas. Da muchas satisfacciones en lo personal y como grupo sin que importe el nivel. Tengo muchísimos amigos en el deporte. Yo siempre lo tomé muy en serio al igual que todo lo que hago”, enfatiza.
Sobre el auge de las redes sociales, Gabriel opina que en general son herramientas muy eficaces si se utilizan bien. “A mí me sirven mucho para comunicarme con mi hijo que es sicólogo y que ahora está en un post grado en España. Pero hay quienes no las usan bien sino que muestran faltas de respeto, un concepto venido a menos en estos tiempos”, finaliza el profesor, bombero y deportista Gabriel Tapia.