En el año 2005 y trabajando en el CEAT (Centro Educacional de Alta Tecnología), en San Pedro de la Paz, comuna de Concepción, conocí el caso de don Antonio que laboraba como jefe de auxiliares de educación en esta institución. También laboraban allí su esposa y su suegra como administradoras del casino de alumnos y profesores. Ellos debían trabajar duro en este establecimiento para poder reunir el dinero suficiente para mantener a toda la familia dado que hacía 8 años, el suegro de don Antonio había fallecido con 40 años de servicio en una institución particular y dejándolos en la inopia (Pobreza o indigencia). Un día don Antonio y su familia llegaron al CEAT en un lindo auto y nos contó que habían descubierto por un amigo de un amigo que su suegro tenía 95 millones en sus fondos de pensiones y que eran heredables. JAMÁS la AFP les avisó de este dinero.

Hace pocos días los canales de TV, informaron de la existencia de 176 mil millones de pesos que se encuentran acumulados en las AFP correspondiente a personas fallecidas que fueron imponentes de distintos fondos de pensiones de privados. Ellos siguen trabajando esos dineros, ganando utilidades e intereses en industrias de todo el planeta. Lo curioso es que estas AFP, disponen de toda la información de cada persona fallecida, es decir dirección de su familia, dirección de su casa, correo electrónico, teléfono de casa y celulares de familiares. Tienen, además las AFP, un equipo jurídico y visitadoras sociales que debieran encargarse de buscar a los herederos e informarlos de sus haberes y de sus derechos. Pero no es así y se quedan callados hasta que la casualidad despierta a algunos y lo más decadente es que la gran mayoría, ignorante de estos derechos, jamás sabe de estos dineros heredables y allí quedan como activos de capital de la industria o a disposición de algún diestro malabarista de los vericuetos de la administración que los hace desaparecer por algunas artes de magia.
Lo mismo he sabido sucede en bancos con libretas de ahorro, cuentas RUT, o cuentas corrientes. Dineros de fallecidos que se apozan y que no son informados a sus familiares y allí quedan acechados por conocedores internos de esta realidad que dejan que pasen los años para inventar alguna maniobra extractiva en el momento oportuno.
Yo no sé si para estos millonarios dineros apozados por fallecimientos, en distintas instituciones privadas y del Estado, existen normas y reglamentos que no se cumplen o simplemente no están reglamentadas. Lo que si se nota es que CONTROL sobre estos dineros no existe.
MI CORREO. panchana.1942@gmail.com