Los seres humanos solemos extraviarnos en actitudes que pueden desorientar a los demás. Eso, en general. En particular, el periodismo deportivo chileno acostumbra a reaccionar de manera tan diversa que muchas veces provoca que simplemente no podamos entenderla. Partamos de la base que el fútbol constituye una gran empresa mundial que genera millones y millones de dólares. En Chile, ocurre lo mismo. Así, por ejemplo, cuando nuestro país se perdió el mundial de Rusia el llanto periodístico se escuchó por todos los rincones puesto que viajes de cientos de profesionales de la prensa, viáticos, hoteles, aviones, la emoción de aeropuertos, taxis de lujo, etc., quedaron para mejor ocasión. Por eso, ahora, el objetivo es el mundial de Qatar con todo lo que ello implica.
Durante el proceso iniciado por el técnico colombiano Rueda a cargo de nuestro seleccionado fue duramente criticado. Nueve de cada diez periodistas y comentaristas cuestionaron su trabajo. Derrotas en amistosos, resultados que no convencían, actuaciones entre regulares y malas, pésima elección de jugadores etc., etc. Ello, al margen de exacerbar las diferencias entre Vidal y Bravo. Ya casi no se le consultaba por el sistema de juego sino que el periodismo se enfocaba cada día más en la chimuchina de camarín, transformándose los profesionales de la prensa en expertos opinólogos. Cundía la preocupación pues así como se jugaba y con un camarín sin Bravo, probablemente nadie viajaría a Qatar, objetivo primordial de centenares de viajeros sin viaje debido a la eliminación del mundial de Rusia.
Fíjense bien, sean amables. Bastó un triunfo mediocre frente a Haití para que el discurso comenzara a cambiar. Aparecieron los titulares esperanzadores. Para qué decir con el debut en Copa América debido al triunfo frente a Japón por goleada. Se abrió el apetito de la prensa y aparecieron los calificativos de antaño. Geniales, maestros, maravillosos e indomables fueron los términos que endiosan a los nuestros. Rueda, ahora es un semi Dios que siempre tuvo la razón.
Ya seguiremos analizando este tema que involucra, además, a camarógrafos, sus respectivos ayudantes, periodistas, reporteros, relatores, etc. Bendito fútbol nuestro. Sin ti no seríamos nada.