Alentadora resultó la intervención del presidente Sebastián Piñera, el miércoles, en Temuco, cuando parte reconociendo que el crecimiento del país sube a un ritmo muy lento, alertando a los chilenos sobre la crisis económica mundial que repercute entre nosotros y llamando a los empresarios a hacer un esfuerzo mayor para asumir más mano de obra, factor necesario para reactivar a Chile. Suponemos que se refería a los grandes empresarios, aquellos que ganan millones y millones, miles de millones de pesos y que estarían en condiciones de asumir la solicitud presidencial porque de las pymes, que son las que más fuerza de trabajo absorben a nivel nacional, es poco lo que puede esperarse.
En honor a la verdad, casi a diario vemos en los informativos televisivos a nivel nacional, cómo pequeños emprendedores cierran sus puertas ante la imposibilidad de continuar con sus negocios en los que pusieron sus limitados recursos y, sobre todo, todo su empeño e ilusión. Pero, la realidad les dijo otra cosa y tras luchar, desvelarse, angustiarse y volver a desvelarse, no tuvieron más que decidir el cierre de sus negocios. En la zona lacustre, sin ir más lejos, cada día nos sorprendemos con pequeñas empresas que han quedado en el camino lo que demuestra fehacientemente que la capacidad de compra de los habitantes se ha visto seriamente reducida.
Esperamos que la reactivación económica que pretende el presidente llegue a feliz puerto. Ojalá que los grandes empresarios, propietarios de grandes fortunas, atiendan su llamado y que de esa forma vayamos viendo progresos que alienten y nos den la esperanza necesaria para seguir batallando. De otro, el tema se volverá todavía más difícil y complicado.
No olvidemos, amigas y amigos que nos siguen todos los días, que a partir del lunes 2 de Septiembre, el Correo del lago costará $250.-, es decir, al mismo precio que tenía meses atrás. Se trata de una medida que si bien no aportará más opciones de trabajo, al menos servirá para mantener los cupos laborales actuales. Obviamente que todo depende del nivel de conciencia de los habitantes de la zona tan dados a criticar todo, a veces, pero muy comprensivos cuando tienen que serlo.