En la sección Dejaron Huella de hoy haremos un recorrido por la historia de la docente de Inglés Carmen Bessie Muñoz Cortés, quien durante 38 años formó a cientos de alumnos en este idioma, labor que desarrolló en la zona lacustre.
Carmen Muñoz o “Bessy”, como le gusta que le digan, nació y vivió en la ciudad de Temuco, desarrollando toda su formación básica y media en el Colegio Providencia del Sagrado Corazón de Jesús, para luego, a sus 18 años, ingresar a la Universidad de Chile, sede Temuco, donde comienza su formación profesional egresando en 1974 como profesora de Inglés.
¿Qué la llevó a ser docente?
“Mira, la verdad es que no estudié porque me gustara la docencia, yo amaba a Elvis Presley, el rey del rock y quería saber que decían sus canciones, por eso te puedo decir que fui profesora por amor a Elvis, ríe en forma picaresca. Claro que después me gustó la docencia, me encantó”, expresa Carmen.

¿Cuándo llega a Pucón?
“Cuando aún yo no terminaba mi carrera comencé a viajar a Pucón para mis prácticas, las cuales desarrollé en el Liceo de Hombres de esta ciudad, actualmente Liceo Bicentenario de Hotelería y Turismo. Y trabajando aquí me enamoro de un compañero de trabajo, Rody Esparza, con quien después me casé y me radiqué en esta bella comuna”.
¿Cómo fueron esos primeros años como profesora?
“¡Uf! fueron bien difíciles, porque yo era muy jovencita y mis alumnos sólo eran unos años menores. En esos años los estudiantes llegaban a la educación media siendo más grandes, claro que eran mucho más respetuosos que ahora. Me hacían pasar rabias porque a ellos no les gustaba aprender idioma, ríe. Por lo mismo me tuve que poner un poco creativa para conquistarlos con el idioma y fue así que les enseñaba canciones, juegos con palabras o los hacía que se disfrazarán de la época del rock para cantarme en Inglés, después me leían la letra de la canción con una buena pronunciación y así los introducía al idioma. Lo más chistoso eran sus micrófonos que eran las almohadillas de antaño, recuerda, esas de lana que hacían las mamás o el palo de la escoba del aseo”, (sonríe con añoranza), dice la docente.
¿Tiene buenos recuerdos de su periodo como formadora?
“¡Sí!, hice muchas cosas con mis alumnos, como es normal me tocó ser profesora jefe de varios cursos, tuve muy buenos alumnos y apoderados, claro que ser profesora jefe siempre trae sus contratiempos porque no faltan esos apoderados o alumnos que no reman para el mismo lado que el resto, pero esos fueron los menos. Siempre me preocupé de que mis estudiantes tuvieran buenos recuerdos de su paso por el liceo y cuando terminaban su educación, que disfrutaran de una linda gira de estudios. Recuerdo que trabajábamos mucho para poder reunir fondos, pero todo el esfuerzo se veía recompensado al ver sus caras de felicidad cuando viajábamos a distintas ciudades de nuestro país, llegamos a tener viajes de hasta 10 días donde recorrimos el norte del país”, señala.
¿Como fue ese último año cuando dejó la docencia?
“¡Ay!, suspira, ese año el 2011…fue inolvidable, porque yo preparaba a mis alumnos para los debates de Inglés que se hacen en Temuco donde participan todos los colegios particulares subvencionados y municipales, yo preparaba a mis jóvenes y teníamos muy buenos equipos, debimos ganar muchas veces pero no faltaba la mano negra que lo impedía (levanta los hombros). Pero ese año logramos ganar, dejé la copa en el liceo y a cada uno de los integrantes del equipo con su medalla (sonríe nostálgica), ese triunfo nos llevó luego a Concepción a competir, pero ahí no logramos el primer lugar, pero igual trajimos el tercero, competimos con colegios fuertes en el tema del idioma”, comenta.
¿Usted cree que marcó a sus alumnos de alguna forma?
“Claro que sí, hubo muchos de mis alumnos que hoy son profesores del ramo, ese fue mi legado y además tantas locuras que hacía con ellos que hasta el día de hoy cuando me los encuentro, las recordamos y reímos de buena gana. Ellos me entregan mucho cariño y eso se agradece”, expresa.
Tras su retiro Carmen Bessie Muñoz Cortés, está dedicada a disfrutar de la vida como ella expresa “en las mañanas me dedico a mi casa y por las tarde participo en distintos grupos donde tengo una serie de actividades, hago gimnasia y disfruto de mis hijos, Robinson y Rose Mare, y de mis nietas de corazón, Amanda y Anaís. En resumen soy una mujer feliz y agradecida”, finaliza diciendo.