El pasado martes 3 de diciembre se conmemoró en todo el mundo el Día Internacional de las personas con discapacidad, efeméride que fue declarada en 1992 por la Asamblea General de las Naciones Unidas. Esta fecha tiene como objetivo promover los derechos y el bienestar de las personas con discapacidades en todos los ámbitos de la sociedad y el desarrollo, así como concienciar sobre su situación en todos los aspectos de la vida política, social, económica y cultural.
En el marco de esta fecha realizamos un recorriendo por Villarrica con el fin de saber qué tan accesible es esta ciudad para las personas con discapacidad. En esta iniciativa fuimos acompañados por Luisa Jélves Burdiles, presidenta de CLUDIVI, docente de profesión quien hoy se desempeña como parte de la comunidad educativa del Liceo Artístico Alexander Graham Bell, con quien hace una década igual hicimos un ejercicio parecido donde se pudo comprobar lo poco amigable que era la ciudad para quienes tienen alguna discapacidad.
Luisa, en estos casi 10 años, ¿ha habido cambios en pos de las personas con discapacidad?
“Debemos reconocer que sí ha habido cambios en materia urbana y de servicios públicos. Es importante señalar que ha habido una fiscalización por la presión que ha ejercido la misma sociedad, las organizaciones de personas con discapacidad, sumado esto a la Ley de Accesibilidad Universal. Puedo decir con responsabilidad que Villarrica hoy cumple en más de un 50% con respecto a la implementación de rampas y pasa manos. Donde estamos al debe es con las personas no oyentes y no videntes, a qué me refiero, a esto, que no hay un circuito seguro para ellos”, señala.
¿A qué se refiere cuando hablamos del circuito?
“Lo primero es dejar claro a qué se refiere una accesibilidad universal, esto no es una rampa y una escalera al lado y que varios edificios tanto públicos como privados lo han seguido haciendo, lo peor es que no existe una fiscalización real antes de que un acceso sea modificado o que un edificio esté siendo construido. Circuito es la ruta que yo puedo hacer sin encontrarme con ningún inconveniente, es decir, que las rampas y accesos estén en buenas condiciones y cumpliendo con las pendientes que la ley establece, en el caso de las personas con movilidad reducida o con señalética para personas no videntes o con no oyentes. Por ejemplo, al hacer el recorrido por las veredas de la ciudad nos encontramos con que algunas están en mal estado o que los automovilistas se estacionan no dejando el espacio para que pase la persona que circula por este lugar. Por ejemplo, mira lo que sucede en la esquina de Pedro de Valdivia con Gerónimo de Alderete, donde está un supermercado, ahí no hay acceso rampa y gran parte de la vereda que llega hacia Bilbao está con una inclinación hacia la calle lo que hace más difícil circular para las personas en su silla cuando no son con motor. Algo parecido ocurre en Vicente Reyes con Camilo Henríquez donde la calle está en pésimo estado y con desnivel. Yo invito a que hagan el ejercicio de tomar una silla y poder cruzar por ese lugar”, explicó la entrevistada.
Luisa, al hacer este recorrido ¿cuál es su balance con respecto a los accesos de los edificios públicos y del comercio?
“Ha habido avances importantes, yo recuerdo la rampas que tenía el municipio hace 10 años, las cuales no cumplían con las normas pero hoy podemos decir que sí, por ejemplo, la del ingreso principal del municipio, pero claro, yo ingreso al municipio pero no tengo acceso a todos las oficinas, eso esperamos que mejore, pues se ha hablado de la construcción de un nuevo edificio consistorial en el cual esperamos se generen los accesos universales según lo establece la ley. Los bancos, todos hoy cuentan con rampas y además con el módulo de atención especial para quienes usan una silla de ruedas para su desplazamiento. El comercio igual ha ido avanzando, por ejemplo, algunos restorán y cafeterías han comprendido qué es el acceso universal, qué es que todas las personas puedan circular por este lugar sin diferenciar si tiene o no alguna discapacidad. Pero lamentablemente otros no y lo que a mi en lo personal me molesta, que son edificaciones nuevas y que hasta el día de hoy no cuentan con un acceso universal como lo es la cafetería Sweet, donde cuando una persona con movilidad reducida debe estar a la espera de que el personal lleve una rampa movible para poder acceder, es decir, se depende de los demás y eso es lo que busca la accesibilidad universal”, declaró Luisa Jélves.
¿Siente usted que el tema del acceso es algo que discrimina a las personas?
“Sí, porque yo hoy si quiero ir con un grupo de amigas a un pub o bar a beber un trago, me encuentro que no puedo acceder, porque si bien tienen rampas éstas no cumplen con las condiciones de seguridad para acceder, esto lo puedes comprobar recorriendo este tipo de locales, eso es triste, pues a pesar de la ley, si recorremos los nuevos locales que están en la Costanera, por ejemplo, no cumplen con la ley, es ahí donde la comunidad deber ser el ente fiscalizador pues a diferencia de antes de la Ley de Acceso Universal, una denuncia de este tipo sólo la podía hacer quien tuviera discapacidad, hoy no, cualquier persona puede denunciar y eso es importante, porque recuerdo cuando hace 10 años hicimos este recorrido llegamos a la Notaría donde había un sistema de acceso que no era el adecuado y ahí fue la comunidad quien presionó hasta que se construyo una rampa que cumple con las medidas de descansos y pendientes”, explicó la docente.
¿Las autoridades han tomado conciencia de lo que es la discapacidad?
“Sí, con el paso del tiempo esto ha ido cambiando, hace 10 años en el municipio sólo había una persona que trabajaba esta temática y además se hacía cargo de otras áreas. Hoy contamos con una unidad de discapacidad donde laboran 4 profesionales que trabajan, que orientan y apoyan a las diversas agrupaciones de la comuna”, destacó.
De la temática de la discapacidad hay mucho que hablar y mucho que aprender pues lo que buscan las nuevas normativas es que las personas sin importar su condición, tengan los mismos derechos y accesos. Esta labor no es sólo responsabilidad de las autoridades sino que de la comunidad en general, pues como decía la entrevistada, “hoy una persona puede estar sin ningún tipo de discapacidad, pero mañana no lo sabe, es por eso que las ciudades deben permitir que cualquier persona pueda desplazarse por ellas”.