Ayer no hubo Correocopuchas pues quisimos ocupar la página completa para saludar, en el editorial, a nuestros trabajadores en la edición en que sacábamos a la calle el ejemplar Nº 5.000.- del diario. Hoy todo será normal pues, luego de esa justificada pausa, es preciso seguir caminando con normalidad. Cada uno abocado a su parte del trabajo.
En realidad, teníamos planificado poner la información en portada porque no siempre en materia de medios escritos se llega a esa cifra. ¿Verdad? Creemos que valía la pena destacarlo pero, al final, no lo hicimos y nos limitamos a publicar una extensa nota editorial agradeciendo al personal del diario. Al de hoy y también al de ayer.
Ahora nos queda nada más que seguir el camino que, esperamos, sea más suave que el que venimos caminando. Los tiempos mejores han resultado ser extremadamente complicados para todos, para las pymes, para las familias, jóvenes, dueñas de casa y, en general, para todos aquellos que deben ganarse el pan de cada día con mucho esfuerzo y sacrificio. Definitivamente, los tiempos mejores no se han visto en nuestro país pues, al contrario, se ha generalizado una crisis de aquellas en que cuesta mucho salir.
El Correo del lago, poquito a poco comienza a abrir los ojos, a respirar como un recién nacido y, lo principal, inicia un proceso de esperanza que al parecer podría conducirnos a estar junto a ustedes por varios años más. Es cierto que estamos en un proceso interno de renovación, especialmente en cuanto a nuestra propuesta publicitaria pero ese camino lo asumimos con mucha conciencia, responsabilidad, orden y criterio. Evidentemente que sin “pisar el palito”, es decir, sin creer en nadie de aquellos que venden pomadas en cuyas manos estamos desde hace décadas.
Ahora se nos vienen encima los primeros 17 años de vida del diario. Ni se imaginan el orgullo que sentimos de pertenecer a este medio y, todavía más, de darle a la zona lacustre un medio de comunicación escrito 100 % local, factor que es admirado por centenares de personas que nos visitan cada año. ¡¡¡Cuántas comunas del país quisieran tener un medio como el Correo del lago!!!