¿Será verdad que a la gente buena le suceden cosas buenas? Así dicen los que creen saber, quienes agregan que a los que tienen malos sentimientos y oscuros deseos, las cosas se le vienen de vuelta y terminan siendo ellos los perjudicados.
Pero, ¿por qué podríamos desearle mal a alguien? ¿Por qué si ese alguien probablemente tenga familia, hijos, bocas que alimentar y cuerpecitos que vestir? ¿Qué puede motivar a un ser humano a anidar el deseo de dañar al prójimo? Probablemente la envidia, el ánimo de ser más que el resto a costa de hacer todo lo posible por derribar a quien asoma como una sombra en sus mezquinos y torpes intereses. Es posible que algún sentimiento diabólico le impulse a hacer lo que no tiene sentido, lo que es incomprensible, lo que al final no tiene respuesta lógica alguna.
Dicen los que saben que a la gente buena le suceden cosas buenas. Y debe ser así porque existen seres humanos bondadosos, cercanos a Dios (sincera y noblemente, sin intereses de por medio), rectos en sus actitudes, a los que todo les va resultando sin contratiempos, quizás con lentitud, pero avanzando siempre, dando los pasos correctos en procura del cumplimiento de sus objetivos. Se trata de personas capaces de construir excelentes grupos familiares, de conquistar grandes amigos, de formar equipos de trabajo envidiables que a la postre logran óptimos resultados. Aquellos son buenos por naturaleza, no tienen ripios ni en su alma ni en su corazón.
Los otros, los oscuros y perversos, malgastan su tiempo empeñados en destruir todo lo cristalino que se les cruce. La bondad es su enemiga número 1, el éxito de los demás es una pesadilla, mientras que los planes y argucias siniestras alimentan sus almas aniquiladas por el odio y la maldad.
A los buenos, cosas buenas. Es tan simple el camino, pero tan difícil de comprenderlo. Sería tan fácil recorrerlo pero es tan complicado construirlo.
Son las 06.45 horas. Es temprano, no hay ruido ni siquiera ambiental y es el momento propicio para terminar estas líneas y para seguir meditando sobre el tema.
¿Es muy complicado entenderlo? Cosas buenas para los buenos.
¿Y lo malo? ¿Para quién? Piénselo bien pues siempre en la vida hay un momento para elegir el camino correcto.