¿Tiene la vida algunos términos medios? ¿Es solamente blanca o es negra? ¿Permite o no los grises? ¿Es solamente alegre o es solamente triste? ¿Podría decirse que la vida no ofrece más que dos alternativas, tanto así como ser rico o pobre?
Vamos por parte desmenuzando este tema. Creemos firmemente que la vida sí tiene términos medios y que permite ser feliz, no muy feliz, no muy triste o definitivamente triste según sus momentos específicos. Pero, ese es un tema de más largo aliento pues habría, primero, que determinar qué entiende cada cual por felicidad. Ciertamente no es solamente blanca o negra. Está llena de colores y coloridos y, por tanto, también permite los grises. Creemos que no sólo ofrece dos alternativas, por algo en la enorme brecha entre ricos y pobres está la populosa clase media, es decir, el término medio entre ambas opciones extremas.
Ocurre, según nuestra posición, que a la vida solemos mirarla y catalogarla de acuerdo el momento que vivimos. Si es positivo, entonces la vida es bella pero, al contrario, si el instante es negativo, entonces no vale la pena vivirla. Si tuvimos alguna noticia feliz el panorama se nos llena de colores pero la vista suele llenarse de negro cuando hemos tenido un mal momento.
Para bien o para mal, felices o tristes, precisamente esos son los contrastes que nos permiten apreciar la vida en toda su dimensión. ¿Cómo podríamos saber lo que es la felicidad si no tenemos con qué compararla? No se trata de provocar instantes penosos para intentar saber cómo es el vestido de la alegría. No, de ninguna manera. Pero sí queda claro que debemos asumir los malos momentos no como definitivos sino como pasajeros, como un todo en el que también se incorporan la alegría, las preocupaciones, los sinsabores, la dicha y hasta la amargura. Contrastes, como dijimos, para además no sólo conocer o reconocer los momentos felices sino, también, para saborearlos, es decir, para saber cuál es su sabor.
¿Podría pedírsele a un indigente que acepte su condición de tal, sin alimento seguro, sin dinero, sin techo y sin derecho a la salud? Quizás, quizás. Es imposible saber, pero existiría una posibilidad de que aquel ser humano pueda ser más, mucho más feliz que nosotros mismos.