El valor de la vida alcanza en estos tiempos dimensiones nunca esperadas. Siempre arriesgándonos, siempre desafiantes, irracionales, despectivos y altaneros, cada paso que dábamos podía ser en falso, cada decisión que adoptábamos corría el riesgo de ser errada por precipitada pero, ahora, la vida es otra cosa. Cuando la muerte se ve de cerca, cuando acecha a la vuelta de la esquina vestida de pandemia con una letalidad inusitada, aprendemos a darle más valor a todo, a actuar con más criterio, con mayor madurez, con alto sentido de la familia, de los amigos, del barrio y del lugar en que habitamos.
Dicen que no hay mal que por bien no venga, pensamiento que no sirve de consuelo para quienes han perdido seres queridos, para quienes los tienen en estado grave y para quienes están padeciendo del contagio mortal. Pero, si nos fuera posible rescatar algo positivo está ese elemento que es el de aprender, obligatoriamente, a tomar sentido a la vida, a apreciarla, cuidarla y tratar de prolongarla lo más posible. Y, por consecuencia, estaremos enseñando a las futuras generaciones que la vida alocada que vivían debe volverse, no más lenta pero sí, mucho más sensata. No menos alegre pero sí bastante más moderada. La carrera por ser mejores, por ganarle a los demás, por ganar más que el resto, por alcanzar las más altas posiciones casi no tiene sentido cuando se enfrentan circunstancias como las que estamos experimentando.
Pensar en cambiar radicalmente nuestras vidas quizás aparezca como exagerado, pero bien podemos entender que el resto de la gente también sufre, que también está pasando por un pésimo momento, que los hijos de aquellos que conocemos también se encuentran restringidos y muchos de ellos hacinados en sus casas cumpliendo cuarentenas.
Esta es la gran oportunidad que nos otorga la vida para que la comprendamos, analicemos y atesoremos como lo más valioso que tenemos a mano. El amor a la familia, a los amigos, al trabajo o a los vecinos se consigue cuando hay vida, de ninguna manera cuando hay muerte. Gracias a la vida podemos gozar y apreciar lo que nos rodea. No dejemos pasar esta opción. Por favor, no la dejemos pasar.