Hay momentos en la vida en que no sabemos si reír o llorar, si callar o gritar, si quedarse detenido, paralizado o correr lejos, muy lejos. El problema que tenemos por delante es tremendamente serio, grave y casi sin solución. En el diario y emisoras Correo del lago, de acuerdo con nuestro personal, hemos buscado soluciones, hemos analizado, hemos escuchado propuestas y hemos adoptado decisiones. Ni siquiera eso nos asegura la continuidad de nuestro trabajo. Y no es por falta de ganas, no es porque no estamos luchando sino, simplemente, porque la soga aprieta cada día más, porque la desesperanza cada día es más fuerte y porque muchas de las soluciones no pasan por nosotros.
Exactamente, en las mismas condiciones se encuentran centenares de pymes a nivel regional y miles, en todo el país. Las propuestas del gobierno, por ejemplo, la de acudir a los bancos a solicitar préstamos con tasa 0 no sirve para nada, absolutamente para nada. Basta tener una deuda con el banco o haber caído a Dicom para que no exista ninguna opción de recibir un préstamo. Como en esa situación se encuentran miles y miles de pequeñas y medianas empresas, la solución préstamos se reduce a cero, es una ilusión que dura hasta que se escucha el rotundo y categórico NO.
¿Qué se viene, entonces? Evidentemente, una enorme cesantía. Y con ello angustia y hambre para miles de familias mientras los bancos, que no son instituciones de caridad o de beneficencia, cobran y cobran con dureza implacable, amenazan con embargos, con juicios y con todo lo que la ley contempla para que ellos ganen la batalla. Es decir, un panorama todavía más negro. Mientras tanto, los malls del país desean abrir sus puertas lo antes posible. El alcalde Lavín hará una prueba en su comuna. ¿Por qué tanto apuro? ¿Por qué debe ser tan rápido mientras miles de otros negocios no pueden atender? ¿Será por la cercanía del Día de la Madre y los millones que se mueven por ese motivo?
Hay momentos en la vida en que no sabemos si reír o llorar, si callar o gritar, si quedarse detenido, paralizado o correr (arrancar) lejos, muy lejos.