Quisiéramos tener la palabra justa para llevar esperanza a cada uno de nuestros lectores, para devolverles ilusión y fe en el futuro personal y del país. ¿Por qué no? ¿No es verdad que siempre, ante todo tipo de adversidades, hemos sido capaces de levantarnos cueste lo que cueste? Así es, los chilenos somos de temple, de coraje y espíritu luchador. No nos damos cuenta pues no sólo nos preocupamos de nosotros mismos sino que somos capaces de solidarizar con otros, tanto en el barrio o en la calle en que vivimos como en el trabajo, en la calle o donde sea.
No será la pandemia la que acabe con nosotros. No hay nada, en realidad, que pueda hacerlo si sostenemos firmes nuestras capacidades y si somos capaces de entender que tras de nosotros, nuestros hijos nos miran, aprenden y se graban cada detalle de lo que hacemos o no hacemos. Ellos deben ser nuestro principal sostén, la bandera de lucha y el símbolo de nuestros desvelos. Ellos deben ser la plataforma que nos sostenga y nos den la fuerza necesaria para seguir batallando por la vida y por el futuro de todos.
No podemos permitir, queridas lectoras y amigos lectores, que una situación tan grave como la que nos corresponde vivir, se politice y se transforme en una herramienta para ganar votos futuros. Conversando con un buen amigo, nos daba cuenta de una larga lista de políticos actuales que se preparan para presentarse en futuras elecciones. Algunos, nombres demasiado conocidos por todos nosotros. Es decir, mientras nosotros sufrimos y preparamos cada día para dar una tremenda batalla de supervivencia, ellos se dan el lujo, en este preciso instante para calcular, analizar, auto designarse o dar los codazos correspondientes y necesarios para quedar en la primera fila de los nominados.
Nada ni nadie nos puede quitar nuestra alegría de vivir, la misma en que junto a nuestras familias, más cercanas que nunca, comemos contentos el pan nuestro de cada día. Que nada enturbie nuestro amor por la vida que para eso si estamos vestidos de fuerza y de coraje, somos hijos del rigor, primos hermanos de la constancia y la perseverancia y somos quienes forjaremos nuestro futuro a punto de martillo y otras herramientas que la misma vida nos ha enseñado a usar y que algunos no conocen.