Y seguimos caminando de la mano con la incertidumbre, con el temor, con la enorme incógnita por no tener certeza alguna respecto a qué pasará con nuestras vidas. El coronavirus nos atemoriza pero no nos hace más responsables, nos hace observarlo con miedo pero no tanto como para no seguir haciendo una vida casi normal. Los chilenos somos especiales y con esa frasecita nos defendemos ante cualquiera situación que nos saque nuestra “normalidad”. Hay que decirlo, ello responde al desprecio por el resto de los seres humanos que conforman nuestro hábitat, incluso, de nuestros propios seres más queridos. Amamos la vida pero desafiamos diariamente a la muerte o, al menos, al peligroso contagio.
Es casi imposible no referirse a las ayudas prometidas por el gobierno de Sebastián Piñera. Habría que ser ciego para no darse cuenta que todas tienen elementos muy positivos. Por ejemplo, el respaldo a las pymes era magnífico pero tuvo su primera barrera en los propios bancos que no están dispuestos a ceder en nada. Otras regalías, como las facilidades para empresarios y trabajadores (micros, pequeños y medios) para poder acogerse a varias de las fórmulas propuestas, tienen su respuesta en la propia burocracia estatal. Algunas empresas enormes y poderosas hoy se acogen a las mismas garantías hechas para los chilenos comunes. ¿Burla o aprovechamiento? Muchísimas personas se quejan por no haber recibido nada, ni un solo peso, ni alimentos ni nada parecido. Las medidas, como señalamos, son buenas pero tienen su signo Pare en la demora, en la burocracia o, en la ambición desmedida e implacable de algunas entidades bancarias.
Ahora, queridas lectoras y respetados lectores, caminamos de la mano no sólo con la incertidumbre de no saber qué pasará cuando llegue el temido peak de la pandemia. Puede ser muy dañino o menos pero siempre dependerá de nosotros mismos, de nuestra responsabilidad y de nuestro amor por nuestros respectivos grupos familiares. Al menos, tenemos la absoluta seguridad de señores como Trump o Bolsonaro que encaminan a sus pueblos hacia la tragedia total.