
No es fácil, para nadie, cambiar el sistema de vida de la noche a la mañana. Pasamos de ser un país conservador, tranquilo y hasta taciturno, al decir de nuestros vecinos de América, a un país en llamas, que en estado de barricadas permanentes como devenir de un Estallido Social sin precedentes, el que, sin liderazgos ni propuestas explícitas hizo sentir y entender a todo el país, que el andamiaje constitucional construido por la Dictadura Cívico Militar y avalado posteriormente por todos los gobiernos de izquierda y derecha desde el año 1990 al 2020, no resistía más por los abusos, la corrupción y la mala distribución de la riqueza, que mantiene intocable a una élite social y económica que es dueña de más del 90% de la riqueza de Chile y que ese 10% restante debe repartirse entre el 99% de los chilenos. Este estado de revolución permanente que asfixió los intentos de gestión financiera cosmética del gobierno de Piñera y su ministro Briones en pro de la clase media y baja, se fue progresivamente mezclando y fundiendo con los contagiados del Covid-19, el estado de emergencia y las cuarentenas obligadas por la peste.
Entonces y dado que las exigencias para atenuar la pandemia planetaria son reales y nos estamos jugando el pellejo, con variables que determinan la continuidad de la vida o la muerte de cada chileno, el estado de revolución ciudadano se “larvó”, es decir, el movimiento social ha entrado en un estadio de metamorfosis en calidad de “larva”. A esto he llamado “PERIODO REFRACTARIO”, en comparación con ciertas características fisiológicas de la sexualidad masculina. Es una suerte de periodo de recuperación, reflexión y evaluación en cuarentena, de lo que fue el Estallido Social a partir del 15 de Octubre del 2019 y lo que será a partir de la llegada de la vacuna contra el Covid-19, que tarde o temprano la tendremos.
No podemos soñar con una terminación tranquila de la pandemia. Veremos la recuperación de la protesta, quizás con más fuerza y con nuevas expresiones populares y nuevos ánimos de movilización. Esto sucederá, por cuanto el gobierno que encabeza el Presidente Piñera, no ha aprovechado este “Periodo Refractario”, para re pensar lo que demanda el Estallido Social y tomar las mejores decisiones en la tranquilidad de la cuarentena, que le permitan liderar y proponer todos aquellos cambios que a gritos reclamó la calle durante aquellos largos meses de movilización, destrucción y muerte. No hay otra opción.
Téngase presente que a raíz del Corona Virus y de tanto estudio estadístico y social, han aparecido con total transparencia las necesidades más apremiantes de esos 3,5 a 4.0 millones de chilenos que viven extrema precariedad y de esa inmensa clase media que está ahogada en sus deudas y no ve vías de solución a su drama económico.
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