
La actividad económica está siendo duramente golpeada como consecuencia del Covid-19 y del arrastre de la violencia de octubre pasado, particularmente por el virus en esta zona lacustre.
El último Informe Mensual de Actividad Económica (IMACEC), del mes de abril, marcó una caída de 14,1% en comparación con igual mes del año anterior. En la práctica, la economía experimentó un retroceso de 7 años. Y el panorama que viene seguirá siendo muy complejo.
Entre las mayores bajas del IMACEC, se cuentan: transporte, restaurantes, hoteles y servicios empresariales, es decir, la industria del turismo, principal recurso económico de la zona que vive una cruda realidad como muestran los fríos datos. Por tanto, el empresariado turístico y pequeños emprendedores relacionados al rubro, están soportando una aguda crisis y preocupación más que justificada.
La actividad del turismo en nuestra zona espera alguna forma de apoyo estatal, sin dejar de lado la posibilidad de introducir innovaciones creativas que por lo menos atenúen la gravedad de la situación. Pero hay que prepararse. Por ejemplo, si se estabiliza y luego disminuye la intensidad de la pandemia, podrían estudiarse formas para abrir el turismo focalizada y gradualmente más adelante hacia otras comunas que hayan logrado ese mismo objetivo. Previamente habrá que promover de modo dirigido ofertas atractivas que contemplen ajustes tarifarios, reembolso de pagos de peajes, etc.
Asimismo, urge mayor estrictez en la entrega de permisos para viajar. Las autoridades regionales tienen mucho que decir al respecto. Son demasiadas las personas que llegan a su “segundo domicilio” con excusas pueriles y con riesgo de portar y contagiar el letal coronavirus. Los alcaldes de Villarrica, de Pucón y de Curarrehue, están tratando de obtener mayor apoyo policial y militar, para evitar que los controles sigan siendo sólo un mero trámite inconducente.
Pero hay que empezar por casa. Lo prioritario es mantener con responsabilidad las cuarentenas obligadas y/o voluntarias, el auto-cuidado y demás medidas preventivas. Sería vergonzoso que se avance en ese sentido en otras comunas, y aquí, en las nuestras el número de contagiados y de fallecidos lamentablemente se incremente.
Que el panorama se vuelva más auspicioso depende del comportamiento de nosotros mismos, en lo individual y en lo colectivo. El sacrificio de hoy podrá verse compensado más prontamente con una gradual y progresiva reactivación de la industria del turismo.