En la lucha de los chilenos contra la pandemia, además de las medidas ampliamente reiteradas de auto protección para evitar la propagación de los contagios y de lamentables fallecimientos, las miradas están convergiendo en un foco principal.
El tema no es nuevo. La sola diferencia es que ahora hay consenso en cuanto a que la saturación y hasta el colapso de algunos centros asistenciales en la Región Metropolitana, -Hospital San José-, tiene su origen en el pertinaz incumplimiento de las ordenanzas de cuarentenas obligatorias.
Datos oficiales muestran que alrededor de un tercio de la población no acata ni respeta esas medidas y con ello hace prácticamente imposible frenar los contagios y como consecuencia, los fallecimientos. Es decir, se viene dando en la RM y otras ciudades la situación que tanto se temía.
La demanda de atención médica ha seguido aumentando y la capacidad asistencial se vuelve cada vez más insuficiente lo que podría llevar a un colapso total del sistema hospitalario. Este peligroso panorama ha llevado a proceder a un más enérgico control de evasión de cuarentenas y a disminuir permisos y salvoconductos especiales a sólo dos por semana. Además, se tramita en el congreso un proyecto que hace más duras las sanciones a los infractores tanto penales como civiles.
En cuanto a las personas que deben salir a diario para sustentar a sus familias y a casos de pérdida de empleos, es que se hace más urgente la eficaz y pronta ayuda económica del estado. A este respecto, persisten las demoras en el congreso para la aprobación de proyectos de ley destinados a paliar la situación.
Ya no es novedad que se alarguen las discusiones entre gobierno y parlamentarios, sin que las partes cedan en sus posiciones. Mientras tanto, cientos de miles de personas deben seguir esperando esas ayudas que les con vitales.
A raíz del acuerdo sobre el Ingreso Familiar de Emergencia logrado de madrugada en extensa jornada legislativa, miembros del oficialismo y de la oposición hicieron declaraciones y gestos triunfalistas en la TV como si se hubiese tratado de un acto de sacrificio heroico.
La opinión pública y el electorado, por el contrario, entienden que quien hace bien y rápido su trabajo sólo está cumpliendo con su deber. Más todavía si se trata de tareas de extraordinaria urgencia sanitaria, social y económica.
Habría que tener presentes recientes declaraciones a un medio nacional del ex presidente del Uruguay, José Mujica, uno de los líderes del progresismo izquierdista en América Latina. Dijo el ex mandatario que el éxito que está logrando su país en la contención de la pandemia se debe a que todos los sectores políticos aunaron fuerzas postergando diferencias y partidismos mezquinos. Se dedicaron unidos a atender la causa de su país.
Su recomendación fue que con unidad, voluntad y disciplina se puede ganar esta contienda. ¿Será todavía posible que así se pueda derrotar el coronavirus en Chile?