Hoy en día la cuarentena es para encerrar a los sanos. Antes, las cuarentenas eran para encerrar a los enfermos. Esto se traduce en un arresto domiciliario para las personas, y por ende, para las pequeñas y medianas empresas. Los magnates más magnates del mundo, gobernando el mundo. Y los políticos más serviles del mundo, sirviendo a estos magnates. Se necesitan, más que nunca, seres conscientes y valientes, para anular toda esta negatividad. Se han violado las libertades y los derechos humanos, del mundo entero. Pero, es mejor morir de pie, que vivir de rodillas.
No confío en las Organizaciones Internacionales. No confío en los políticos. No confío en los científicos. No confío en los grandes empresarios. Primero la mascarilla, después la vacuna, después la pena de no haber muerto de pie. Ya no hay colegios, ya no hay empresas, ya no hay libertad.
Esclavos de Roma, esclavos de Egipto, vengan a salvarnos, porque un gran dinosaurio anda suelto… y es… contagioso. “Lo que no me destruye, me hace más fuerte”. Así deberías repetírtelo, hasta que sea parte de tu ser. Cuando todo esto termine, espero que hayan suficientes píldoras de cianuro, y suficientes valientes, para exigir las respectivas condenas. Los banqueros y sus aliados, no perdonan las deudas. Nosotros tampoco los vamos a perdonar a ellos. Esta vez se metieron hasta con los inocentes niños. Así que… ni perdón, ni olvido.
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