Usted va a un regimiento, y el General manda mucho más que el soldado. Pero en términos de felicidad, es muy probable que el soldado, sea más feliz que el General. Usted va a Roma, y el Papa manda mucho más que el cura que hace misa en el campo. Pero en términos de felicidad, es muy probable que el cura de campo, sea más feliz que el Papa. ¿Y a usted? ¿Qué le importa más? ¿La felicidad, o el rango, o el cargo?
No se deslumbre tanto con la gente poderosa, millonaria, famosa. Suelen tener grandes problemas. Suelen tener fortunas, fama, poder; pero sin embargo, la felicidad, que es lo único realmente importante, no la tienen. Así que deje de amargarse el pepino, porque usted no está en la cresta de la ola. Porque si usted estuviera en la cresta de la ola, quizás desearía estar tendida en la arena, mirando el mar, descansando, disfrutando de la vida. Pero es muy probable, que usted, tenga una posesión, que los demás no tienen. Y esa posesión es… tener tranquilidad, relajación, mente positiva, y una visión optimista de la vida.
Deje que los demás sufran, allá, en lo alto del Poder. En el alto Poder, en la alta fortuna, en la alta fama, a veces hay más piedras que arena. Observe a un gato. No tiene nada. Pero está todo el día relajado, disfrutando de la vida… como si de un Dios se tratara.
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