Este editorial fue escrito ayer, obviamente, en pleno proceso plebiscitario. Por lo mismo, nos es imposible escribir sobre los resultados pues no los conocemos. Ni siquiera se abren las urnas para comenzar a dar cuenta de las preferencias de los electores. Íntimamente deseamos que sea un día tranquilo y, tomando en cuenta de las condiciones sanitarias actuales, que no sea una jornada de abusos o de libertinaje. El ideal sería que después de sufragar todos volviéramos a casa.
El diario y la radio han tenido trabajo permanente. Los pocos que trabajamos acá se han movido por todos lados en el afán de entregarles la mejor información, con el propósito de que ustedes y nuestros auditores conozcan los detalles del proceso electoral. Es nuestra misión y la cumplimos por obligación y con mucho agrado. Por algo estamos en los medios de comunicación, porque somos una raza extraña y con mucha vocación de servicio pero de la auténtica, no de aquella que pregonan los que ganan millones. De esa manera es fácil. ¿No les parece?
Volviendo al tema, las opciones Apruebo y Rechazo se están midiendo en un mano a mano que se sitúa en las urnas, como debe ser en todos los países con vocación democrática. Solo que si gana el Apruebo quienes votaron por rechazar una nueva Constitución, casi podrán rechazar la dos veces, votando por Comisión Mixta donde los actuales senadores y diputados tendrán la opción de manejar los hilos de principio a fin. De ese modo, no podremos escapar de las garras tenebrosas de aquellos que están conformes con lo que tenemos o que, al menos, tratarán de cambiar lo que les plazca manteniendo la situación actual de un sector del país, entre los que se incluyen. Es doloroso por aquellos que desde el alma pensaron que por fin tendrían la posibilidad de ser escuchados.
Y para cerrar estos pensamientos de hoy, por favor no lo hagan más, no usen como recurso el miedo y el invento. Chile jamás será Venezuela, nunca lo será porque las experiencias dictatoriales vividas nos llenaron de espanto, de horror y de jurarnos para siempre que nunca más. Argumentar aquello fue una falsedad lanzada a propósito y más nos duele que personas que admiramos por su inteligencia y que, además, queremos, se prestaron conscientemente para ese juego. Aquello es doblemente doloroso.
FRASES POR CORREO “Las urnas son las primeras en conocer la voluntad de los pueblos”.