En la jornada vivida el domingo recién pasado, Chile y los chilenos eligieron un camino y lo hicieron de una manera más que contundente. El mensaje resultó más claro de lo esperado y así se reflejó en las cifras finales de las distintas opciones. Una de las lecciones más evidentes, imposible de no captar, absurda de eludir, fue la que le envió el pueblo chileno a la clase política centralizada en el Parlamento: no los queremos en la redacción de la Nueva Constitución Política del Estado. Así de fuerte, así de duro, así de concreto.
Sin embargo, las imágenes que mostró la televisión chilena la noche del domingo, sorprendió porque incorporó las voces de los mismos que fueron rechazados por la ciudadanía. Aparecieron opinando sobre el futuro, sobre la nueva carta fundamental, haciéndose cargo de los temas que, a fondo, deberán analizar y dar forma a aquellos elegidos para redactar tan relevante documento. ¡No entienden nunca! O no se dan por enterados. En todo caso fue bueno saber cómo cada uno interpreta las cifras que reflejaron el anhelo consistente de los chilenos.
Aquellos que entienden esta decisión como un cambio drástico de timón, como una nueva forma de gobernar y casi como una desobediencia civil a todo lo que pueda suceder desde el domingo en adelante, deben tener mucho cuidado y responsabilidad, criterio y madurez antes de emitir opiniones porque la decisión del domingo señala con total claridad que serán los propios chilenos quienes redacten la nueva Constitución sin excluir a nadie. Todos, sin excepción tienen derecho a intentar ser parte de la Comisión Constituyente y nadie se lo puede impedir. Por lo demás, es otra posibilidad para detener cualquier intento de intervención de los mismos de siempre, tanto de izquierda como de derecha.
Preparémonos en paz y tranquilidad para esta nueva era que inicia nuestro país en medio de un ambiente de absoluta democracia. Más que nunca se debe detener la violencia y a los violentos que quisieran destruir la convivencia nacional. La decisión del pueblo chileno debe considerarse como una posibilidad magnífica de construir un capítulo ejemplar para la vida nacional. Y en ella, toda manifestación violenta no tiene espacio alguno.
FRASES POR CORREO “El respeto irrestricto a las decisiones democráticas de los pueblos debe ser la actitud que ennoblezca a nuestras sociedades”.