Mientras Villarrica se mantenía hasta ayer en cuarentena como en las últimas cuatro semanas, Pucón avanzaba a fase de preparación, es decir, mejoraba su situación respecto a días anteriores, según información oficial. Las autoridades sanitarias reconocieron ayer que el panorama general denota una tendencia a mejorar en casi todas las variables.
No obstante, hay preocupación porque en algunas regiones como La Araucanía esa tendencia aún no se visibiliza y, por el contrario, el Ministerio de Salud ha expresado que en esta región ya se estaría asomando una Segunda Ola. Se observa una clara inestabilidad en los indicadores.
En Villarrica no sólo se deben mantener sino hay que acentuar las medidas de auto cuidado y confinamiento estricto. La proximidad de fechas claves como el 14 de diciembre del eclipse solar y luego el inicio de la temporada de verano, debería motivar a la población para lograr una apertura al turismo, su principal actividad económica.
En otro plano aunque relacionado, en el país continúa la discusión respecto a una vuelta a clases de los escolares. La dirigencia del Colegio de Profesores se ha negado a integrarse a un comité de especialistas convocado por el Ministerio de Educación para implementar un plan de regreso a clases.
En países como España, particularmente en Barcelona, a pesar de la época de otoño-invierno y de la Segunda Ola que viven, se han adoptado medidas prontas y prácticas de manera que los escolares ya están en clases. Las escuelas aplican todas las recomendaciones sanitarias, disminuyeron los cursos a la mitad y asignaron sólo a cinco profesores por grupo que se encargan de todas las materias.
Asimismo, cada curso tiene espacios separados por ejemplo para educación física, para juegos y recreos. Les llaman grupos burbuja en que los escolares participan sólo con su respectivo curso reducido. Así, ya se ha comprobado que el sistema funciona bien, al punto que las escuelas no están siendo focos de contagio.
En Chile la mayoría de los establecimientos tiene planes extra curriculares por las tardes, actividades que sí pueden suspenderse mientras dure la emergencia. Así, se podría trabajar con cursos en la mañana y otros en las tardes.
Está probado que el sistema de clases a distancia no puede reemplazar a las clases presenciales que tienen efectos no deseados para profesores y para los alumnos. No se pretende que se imite exactamente la experiencia educativa de otros países, pero sí parece posible la adopción de medidas creativas que permitan la vuelta a clases sin mayor riesgo para los escolares que los que puedan tener en sus propios grupos familiares.
Es de esperar que los dirigentes del Colegio de Profesores, ya que no todos los docentes del país piensan igual, flexibilicen su posición y colaboren decididamente en este sentido.