Los árboles, dan sombra, agua, oxígeno, frutos, o sea, comida sana. Pero hay una tribu de idiotas, llamados…los “terrícolas”, que botan árboles, como si de palitroques se tratara. Y hay empresarios, de dudosa moral, que por plata, convierten vergeles, en desiertos. Y hay estúpidos con corbata, también de dudosa reputación, que les facilitan los permisos legales, para hacerlo.
Pero resulta que los tipos son insaciables. No se conforman con destruir… bosques, lagos, ríos, aguas, mares. Todo les da lo mismo. Después les pagan suculentas cifras a los canales de televisión, para decir que ellos no tienen nada que ver en el cuento. ¿Habrá que contratar a James Bond, el famoso agente 007, para encontrar responsables? Es que no se puede. Hay que respetar los…”Derechos Humanos”. Pero resulta que de tanto respetar los…”Derechos Humanos”, nos estamos quedando sin… humanos. Y resulta que eso sí que es bastante… inhumano.
Y pensar que la gente dice: “Es más fresco que un pingüino”. No ofenda a los pingüinos, amigo. Esos preciosos animales, nunca han destruido nada, ni a cambio de plata, ni a cambio de nada. Si ciertos “señores” y personajes, tuvieran la moral de los Pingüinos, viviríamos en un mundo limpio, ético, descontaminado, y lleno de cosas buenas. Los pingüinos, animales son, y moral tienen. Los otros animales, los de dos patas, y con corbata, carecen por completo de moral.
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