La proximidad del fenómeno astronómico del eclipse solar, el 14 de diciembre, del que se dice se verá de manera privilegiada en esta zona y, además, la cercanía de la temporada de verano en tiempos de pandemia, preocupan mucho a la gente que se dedica al turismo en esta zona.
Hay temores que fueron expuestos a autoridades el martes último. Directivos de la Asociación Multigremial del Turismo de Pucón, Villarrica y Curarrehue, sostuvieron reuniones con el ministro de Salud y con el subsecretario de Turismo, en la capital.
Paradojalmente aunque con mucho realismo, los dirigentes hicieron ver que les preocupa muchísimo también una eventual situación inversa, es decir, que se produzca una verdadera avalancha de turistas que provoque un colapso de las instalaciones y servicios disponibles en las tres comunas.
Los dirigentes locales explicaron a las autoridades que en un caso como ese, podría generarse un incremento notable de contagios de Covid-19. Dicha eventualidad, explicaron, podría conducir a una cuarentena sanitaria total en las tres comunas lo que arruinaría por completo la temporada de verano desde el 21 de diciembre. Y ese sí que sería un problema mayor en vista que el turismo de verano es esencial como actividad económica anual en la zona.
Es indudable que esa aprensión se justifica plenamente habida cuenta que, según la multigremial, hasta ahora no se ha contado con controles eficaces, barreras y aduanas sanitarias en los accesos a las comunas. Por eso, solicitaron el franco apoyo de las autoridades nacionales y de la región, para establecer más estrictos controles a los visitantes. Asimismo, solicitaron que se aplicara un plan de procedimientos especial diseñado por la Universidad de La Frontera UFRO, sede Pucón.
Los dirigentes plantearon incluso que se declarara zona de emergencia en el Corredor Turístico con aforos pre establecidos. De acuerdo a lo informado por voceros del gremio, sus peticiones encontraron favorable acogida de parte de las autoridades sanitarias y del turismo. Así, los directivos regresaron algo más optimistas desde la capital. Ahora sólo cabe esperar que lo acordado…se cumpla.
Aunque no se mencionó, ésta es sólo una parte de cómo se debería enfrentar positivamente una apertura cuidadosa al turismo. La otra, sin duda, está depositada en la actitud de los ciudadanos en la correcta aplicación de las medidas sanitarias de autocuidado. Sin la responsabilidad de todos de poco valdrá estrechar controles de acceso y nuevos protocolos. Hay que tenerlo presente.