Cuesta un poco entender las restricciones que comenzaron a regir desde el lunes pasado para todos los chilenos. Que el toque de queda se haya adelantado en una hora no nos quita mucho el sueño pues en ciudades como las nuestras es muy poco lo que se puede hacer en 60 minutos más, o menos. Bueno, esa es una opinión muy personal porque a otros el cambio les afecta bastante desde el punto de vista sicológico. Aquellos se sienten encerrados, maniatados, impedidos de hacer lo que, quizás, nunca hicieron antes. Pero, por otra parte, dentro de lo incomprensible se sitúa lo que ocurre con la venta o no de vinos y licores. Como se ha pregonado, sólo se puede vender productos esenciales, pero de inmediato, se encuentra el contrasentido: las botillerías no pueden vender y, es más, deben permanecer cerradas porque en ese caso, lo que venden no es esencial. Pero, lo mismo, exactamente lo mismo, si se ofrece en supermercados, es esencial. Por algo se puede vender. ¿No es así? Es raro ese criterio. Muy curioso, por decir lo menos.
Tal vez el ejemplo de los vinos y licores no sea el más criterioso, pero la verdad, es que el punto es que medidas como aquellas son las que confunden a los chilenos. Como dicen algunos en una especie de jerga popular, dejan marcando ocupado. No se entiende por qué el gobierno se cierra a la idea de un tercer retiro y amenaza con acudir el Tribunal Constitucional, su casa porque se sabe con un 100 % de seguridad que el TC le dará la razón, privando a los desesperados chilenos de una solución real. ¿Si usted se está muriendo de frío va a pensar en el futuro cuando tiene la opción a la mano de romper un mueble de su casa para hacer fuego? ¿O lo hará rápidamente para pensar después en cómo repone el mueble?
Respecto al tercer retiro, es bastante sospechoso tanto celo por cuidar nuestros dineros cuando a la hora de entregar beneficios se ponen decenas de trabas y barreras para que aquellos lleguen hasta los más necesitados. Todo en este país tiene letra chica, un doble fondo, un palo en el camino que obstruye el paso. ¿Por qué debe ser así? ¿Por qué no se entiende de una buena vez que las necesidades de la gente deben ser solucionadas ahora y no mañana y que deben solucionarse con lo que se tenga a mano? El gobierno debería dedicarse a ayudar a 4 millones personas, quizás a 5 millones, que son los que ya no tienen fondos en las AFP, más las que quedarán sin ahorros si se aprueba el tercer retiro. Menos problemas para las autoridades. Tanto celo por cuidar nuestros dineros resulta altamente sospechoso, sobre todo cuando desde hace muchos años la tarea principal es arrebatarnos lo nuestro para enriquecimiento de unos pocos.
FRASES POR CORREO “Dejar que cuidemos y administremos lo nuestro es una criteriosa manera de enseñarnos a dirigir nuestras vidas”.