Puedes estar en una fiesta, con mucha gente, y sentirte solo. Y puedes estar solo en una playa, y sentirte feliz y acompañado. Para eso sirve la inteligencia, para que la “Sociedad” no te meta ideas erróneas en la cabeza. Jesús de Nazaret era un tipo al que le gustaba andar solo, y por lo que cuenta la Historia, era bastante más feliz que los que andaban en fiestas. La soledad puede ser un placer o una tragedia. No vivas de opiniones ajenas. Si te gusta la soledad, disfrútala. Y si te gusta la intensa vida social, también, disfrútala. ¿Qué te interesa a ti la opinión ajena? Una persona puede ser feliz en una fiesta, con bombos y platillos. Y la otra persona, poder ser feliz, mirando un amanecer o una noche estrellada. ¿Y qué? El mundo está mucho más lleno, pero mucho más lleno, de gente amargada, que de gente feliz, así que son muy pocos los que pueden aconsejarte bien. Pregúntale a un pájaro. Para poder volar, hay que abrir las alas. Y en el caso del Ser Humano, hay que abrir las alas de la mente. ¿Y eso dónde lo enseñan? En este ridículo mundo te enseñan a cómo ganar más plata, pero en ningún lugar te enseñan a como ser más feliz. Lo único que desean es ser felices, y es lo único que no consiguen.
Eduardo Rost