Estimados amigos y vecinos:
El título de esta columna, que coincide con los de columnas anteriores, lo tomé de la viuda de Eduardo Wenger. Ella me consultó si iba a escribir la columna semanal, dado que la vida continúa y en eso estoy.
Aunque no fuimos amigos estrechos con Eduardo, creo que sentíamos un respeto mutuo. En más de una ocasión me llamó para consultar mi opinión ante algunos temas delicados y por supuesto le di mi parecer. A Mi Real Saber y Entender.
Alguna vez Eduardo me dijo que junto a Pablo Manzur Apara, con la Tienda El Cometa y yo con el Supermercado Praga, fuimos los primeros auspiciadores en su diario Correo del Lago.
Bueno, al menos su transición de esta vida a la otra fue muy corta, eso es algo que todos quisiéramos. Hasta pronto Eduardo, ayudaremos a Jessica para que siga adelante con el Correo del lago, seguro que ella va a tener mejores números.
Bueno, aprovechando la ocasión de la muerte de un hombre relevante con el acontecer en Villarrica, también podemos apreciar que la vida continúa y que nuestras discusiones, rencillas y todas esas tonteras que separan familias y ciudadanos, de repente, en un segundo se acaban, desaparecen ante lo inevitable. Lo único seguro que tenemos durante nuestra vida es que en algún momento vamos a morir y todos actuamos como si fuésemos eternos.
Con toda la información que hay en política más vale mirar y callar.
Les saluda Atte.
René Rubeska B.