Este lunes 24 de mayo se desarrollaron los funerales de quien en vida fuera el fundador y director de Diario y Correo del lago, presente en Villarrica y la zona lacustre desde hace 18 años.
La ceremonia de despedida comenzó con un responso religioso dirigido por el padre Andrés Marican, para luego dar paso a las palabras de despedida del pastor Miguel Ángel Rivera. Al término, la esposa del difunto Eduardo Wenger, dio lectura al mensaje enviado por dos de sus hijos desde Europa, Karin y Eduardo, desde donde no pudieron viajar por la situación sanitaria.
«Y llegó ese día, ese día que nadie espera, pero que siempre llega y nos sorprende con dolor.
Papá, durante muchos años hemos vivido separados unos de otros, en dos continentes diferentes. Lamentablemente hoy no pudimos asistir, la distancia lo impidió. Lo único que podemos hacer desde esta gran distancia es escribirte unas líneas de parte de nosotros, tus hijos en Suecia.
Créeme que hoy nos hubiese gustado estar aquí para darte un adiós definitivo. Porque a pesar de que no hemos sido parte de la vida cotidiana del otro, dejas un gran vacío detrás de ti.
Tenemos muchos buenos recuerdos contigo papá y nos hubiera gustado haber creado muchos más. Deseamos que hubieras podido participar en la vida de tus nietos, que hubieran tenido la oportunidad de haberte conocido mejor. Lamentablemente, la vida tenía preparado otra cosa para ti. Contaremos y compartiremos tus historias y nuestros recuerdos con nuestros hijos, y así tu recuerdo seguirá vivo. Siempre te recordaremos con amor y calidez. Porque sabemos que a pesar de la distancia, siempre nos has extrañado y amado. Descansa en paz papá. Te queremos y extrañaremos».
Tus hijos
Karin y Eduardo
Luego el cortejo salió rumbo al cementerio Parque Jardín Villarrica haciendo una pequeña parada en las afueras del Correo del lago para su última despedida. En el trayecto hubo personas que le daban el últimos adiós a un hombre que como muchos dijeron y escribieron, sin ser periodista dejó una huella indeleble en la zona lacustre.
Ya en el cementerio, por tema de pandemia, un número reducido de 20 personas fue el que pudo ingresar a despedir a Eduardo Wenger en su última morada.
En el lugar, a nombre de su equipo de trabajo, fue Patricio Manque quien expresó “hoy no sólo despedimos a un jefe, despedimos a un maestro que nos enseñó el oficio de las comunicaciones. Él se va, pero nos deja un legado, el cual mantendremos en el tiempo apoyando a su familia y a la empresa que formó”.
Max Wenger, su hermano fue quien lo despidió a nombre de la familia destacando entre otras palabras, “mi hermano fue un ser histriónico e inteligente, siempre pensando en qué hacer. Hoy, en su despedida sólo puedo decir que mientras él sea recordado seguirá viviendo entre nosotros”.
Antes de ser dejado en su última morada, el otrora fundador del diario de Villarrica, fue despedido con música interpretada en el instrumento llamado quenacho, por su sobrino Bastián Meza Barría.