La “LLAMADA DE LA TRIBU” es una autobiografía intelectual de Mario Vargas Llosa. No una autobiografía personal, vital, ni menos existencial. En esta novela, el autor peruano y Premio Nobel de Literatura, nos muestra el camino de búsqueda que siguió con lecturas de economistas, filósofos y pensadores que le sirvieron como “palanca” de apoyo para superar la depresión ideológica y dolorosa crisis personal y política que experimentó al comprobar cabalmente que su condición de hombre socialista, defensor y seguidor de la Revolución Cubana, la Rusa y la China, estaban fundadas en gigantescas necesidades populares, que líderes que un día soñaron con realizar grandes transformaciones, en la práctica del PODER ABSOLUTO, SE CORROMPIERON ABSOLUTAMENTE. Así sucedió con Mao Zedong, con Stalin y con Fidel Castro, entre muchos otros.
En lo concerniente a la situación política que vivimos hoy en Chile, creo que debemos cuidarnos mucho del magnetismo atávico del LLAMADO DE LA TRIBU, que es un efecto similar a lo que le sucede a las grandes masas hipnotizadas en concentraciones políticas multitudinarias o en los estadios de fútbol, cuando se pierde la conciencia del YO y nos transformamos en rebaño con emociones y consignas comunes. El nazismo se alimentó así, al igual que las grandes masas que formaron Las Guardias Rojas chinas (1966), integradas por millones de niños y adolescentes entre 10 y 20 años de edad en que al llamado de Mao, quemaron y masacraron su patria para consolidar La Revolución Cultural. El péndulo de un extremo al otro de la política es fácil y más que fácil es una tradición en todos aquellos países en donde se ha entronizado una conducción política abusiva, arbitraria y desconsiderada con las clases trabajadoras por parte de sus gobernantes, autoridades, funcionarios privilegiados y empresarios usureros. Nuestro Chile de hoy, una vez más, está en medio del “ojo del huracán” de un experimento político mundial, único e insólito que tiene como devenir, múltiples alternativas y derivadas por definir.
La presentación de candidatos a la Presidencia de la República, por parte de los líderes de lo que hoy llamamos LA LISTA DEL PUEBLO, es algo legal, bueno y saludable desde una óptica social, constitucional y política. No sé, si se pueden presentar como candidatos a la Presidencia, personas que ya fueron elegidas como Constituyentes. Lo ignoro. ¿Lo sabe alguien? Lo peligroso, es que se pierda en algún momento, la orientación fundamental que mantiene la estructura Democrática, es decir, la división entre los poderes del Estado y el Estado de Derecho. Esto lo digo, por cuanto es posible que en esta coyuntura de distribución del poder, la correlación de fuerzas políticas, anulen al candidato Lavín de Chile Vamos, lo mismo que a los del otro extremo, representados por Jadue y Boric y arrase el candidato del potencial PARTIDO DEL PUEBLO devenido de LA LISTA DEL PUEBLO, y aparezca la tentación de unificar el poder Ejecutivo con el Poder Constituyente, anular el Parlamento y así, con estos poderes unificados derivar en otra dictadura de distinto signo. Esta es una conjetura personal que espero NO suceda.
Esa es hoy mi preocupación. Al parecer el poder del centro que podría representar YASNA PROVOSTE, con todas las fuerzas de la Concertación, Nueva Mayoría menos el PC y con la DC, parece hoy por hoy, poco probable. Aun que dada la muñeca DC y su famosa “maquinaria”, podría regenerarse algo políticamente surrealista e inesperado. Va a saber uno.
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