El ministerio de Salud (Minsal), anunció ayer que 9 comunas retroceden a cuarentena total según el plan Paso a Paso, a partir de este jueves 17, entre ellas Villarrica. Eso significa, como se sabe, máximas restricciones a las libertades de desplazamiento y un total confinamiento para sus habitantes.
Esta situación se veía venir sólo al observar el desaprensivo comportamiento de las personas lo que se traducía en un diario aumento de contagiados con el Covid-19. Por tanto, esta determinación de Minsal no ha sorprendido a nadie.
Ahora no faltarán quienes culpen del obligado confinamiento a las autoridades de salud y del gobierno y al mantenimiento de las cuarentenas, que, a su vez, están siendo cuestionadas en su eficacia por diversos círculos técnicos y políticos. Otros dirán que no ha habido fiscalización de la policía uniformada o de personal militar y de funcionarios municipales en los accesos a la ciudad. Y si la ha habido, no se ha notado.
Se pretenderá así justificar la responsabilidad propia de las personas en circunstancias que la información conocida a diario da cuenta que el país vive la peor crisis desde que apareció la pandemia. Miles de contagiados diarios y varias decenas de fallecidos, con recintos asistenciales colapsados, son los datos de la evidencia. En proporción, así podría ocurrir también en Villarrica.
El retroceso a cuarentena total, es de responsabilidad de los habitantes, que, en menor o mayor dimensión, han optado por un relajamiento y descuido casi absolutos, no todos, naturalmente, pero sí muchas personas incluyendo turistas.
Será entonces el confinamiento desde este jueves a las 5.00 horas, ocasión propicia para volver a reflexionar sobre los funestos alcances en los planos humano, comercial y educacional que conlleva esta drástica resolución. No quedará otra alternativa si se quiere abandonar pronto este estado de cosas.
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F R A S E
“Es incorrecto e inmoral eludir las consecuencias de los actos propios” (Mahatma Gandhi)