Entre los días 21 y 24 de junio, se celebró el We Tripantu o wüñoy Tripantu que se traduce a una nueva salida del sol y la luna. Es una festividad y es el momento más sagrado para el pueblo mapuche. El We Tripantu es la fecha en donde se da el punto máximo de distancia que puede alcanzar el sol de la tierra, por lo tanto, desde este punto se inicia el retorno que representa un nuevo comienzo. Esto quiere decir, un cambio de ciclo de la vida y agrario, cuya clara señal es el solsticio de invierno. La celebración empieza la tarde del día anterior antes de que el sol se esconda, mediante rogativas en mapudungún. Luego, en la madrugada del We Tripantü, toda la familia: ancianos, jóvenes y niños se levantan temprano y van al estero a ver el inicio de un nuevo ciclo de producción, de conversación con la Tierra. Es la fecha en que se produce la noche más larga del año y el inicio de las lluvias más intensas que prepara a la naturaleza para acoger y favorecer el maravilloso crecimiento de la nueva vida.

Al amanecer, todavía bajo el lucero el alba, con una vara se golpea los troncos de los árboles frutales para despertarles la savia. Luego, tocando instrumentos musicales: trutruka, lolkiñ, kullkull, trompe y kaskawilla, para manifestar la alegría por la llegada del Nuevo Año, niños, niñas, jóvenes, adultos y ancianos acuden al estero, la vertiente más cercana para darse un baño. Después, vueltos hacia el Oriente donde habita Ngnechen (el Gran Creador) se hace una rogativa. En el transcurso de la mañana cada cual se da el tiempo para salir a caminar por el campo para encontrarse y conversar con la naturaleza. De preferencia en esta fecha suele realizarse el katan (ceremonia de perforación de las orejas de las niñas para ponerle chaway (aros), y en que a abuela materna le entrega su nombre a su nieta; el misawün (dos personas que para recordar y afianzar su amistad comen en un mismo plato); y el akutun, ceremonia en la que el abuelo paterno le entrega su nombre a su nieto.
Luis Villegas, Director, manifestó al diario, que en el actual contexto de Pandemia por el Covid-19, la Escuela Valentín Letelier motivó a celebrar esta importante costumbre ancestral de una manera diferente, en la cual las familias prepararon un breve video con un elemento típico de la cultura mapuche y que cobra trascendencia en esta celebración. Posteriormente, La Unidad de Audiovisual, a cargo de Sebastián Castro, realizó la edición de un importante video compartido en las redes sociales.
Por su parte, el docente de Biología y Jefe Técnico Pedagógico, Mauricio Riquelme, manifestó que, “como docentes, tenemos la responsabilidad de promover una educación integral de los alumnos y alumnas, donde, a través de la reflexión y la valoración de las costumbres y tradiciones, eduquemos a los niños y adolescentes para que sepan valorar la diversidad de costumbres y tradiciones que son parte de la Cultura Mapuche”.
