Se acostumbra a decir en círculos de la denominada clase política, que alcaldes y concejales tienen verdadera proximidad con la ciudadanía y que, por tanto, conocen muy bien sus necesidades y problemas. Esa apreciación parece cierta, aunque no al punto de endosar a los municipios tareas que son de resorte de altas esferas de la administración del estado.
Los municipios tienen la misión de administrar las respectivas comunas y para ello cuentan con un presupuesto determinado por los poderes gobernantes (Ejecutivo y Legislativo) sobre los cuales hay consenso que son insuficientes. Sobre todo, frente a la diversidad de tareas encomendadas a los gobiernos comunales.
Por otro lado, el funcionamiento del estado se arrastra por décadas sobre una base añeja lejos de facilitar la labor de las municipalidades en beneficio de la gente. Baste señalar a modo de ejemplo lo que sucede en materia de pavimentación y de conectividad vial. Existen varios entes que deben atender y resolver situaciones de este tipo.
Están el SERVIU, del ministerio de Vivienda y Urbanismo; la Dirección de Vialidad, del ministerio de Obras Públicas; la Intendencia Regional, los Consejos Regionales mediante proyectos del Fondo Nacional de Desarrollo Regional y, en algunos casos, los propios municipios con cargo a su presupuesto ordinario.
Por eso, la pavimentación de calles y caminos en comunas como Villarrica, es un desafío que debe sortear una verdadera maraña de pasos y trabas burocráticas, con lo que eso de “mejorar la calidad de vida de la gente”, no pasa de ser una frase manida carente de significado real en lo inmediato.
Las calles de buena parte del plano urbano de la ciudad, presentan largo deterioro, las veredas lo mismo y en algunos casos no existen, y qué decir de caminos rurales sujetos a interminables faenas de parches. Una ciudad turística que se precie de tal, debe empezar por ofrecer a anfitriones y visitantes un rostro amable que parta por dar reales facilidades para desplazarse con normalidad por sus vías públicas, calles y veredas.
Ardua y compleja tarea de gestión espera entonces a las nuevas autoridades, comprometidas públicamente con el progreso de la comuna.
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F R A S E
«Nada tarda tanto en llegar como lo que nunca se empieza». (Alain)