La Convención Constitucional debía instalarse ayer domingo a las 10.00 horas, en la sede del Congreso Nacional, en Santiago. Sin embargo el acto experimentó un considerable retraso de tres horas debido a que algunos convencionales obligaron a suspender el acto que sólo se pudo reiniciar a las 13.08 horas, cuando 154 convencionales constituyentes (uno ausente por cuarentena), aceptaron en voz alta sus cargos invocados por la Relatora del Tribunal Electoral.
¿A qué se debió este retraso? Algunos sectores de izquierda que fueron electos para la Convención originaron incidentes argumentando que en los exteriores del lugar (Jardines del Congreso), había manifestaciones que estaban siendo repelidas por Carabineros. Varias marchas habían comenzado en Plaza Italia y luego se dirigieron hacia las proximidades del Congreso.
Estas manifestaciones habían sido previamente autorizadas por la Intendencia Metropolitana, bajo un compromiso de que las marchas se harían en orden y sin desmanes ni violencia. En vista que grupos de manifestantes pretendieron avanzar por sobre tres cordones de seguridad de Carabineros, la fuerza pública debió contener a esos manifestantes que le atacaban con objetos contundentes y que quisieron llegar hasta donde se instalaba la Convención.
Probablemente pocos ciudadanos imaginaron que la instalación de la Convención Constitucional daría lugar a escenas caóticas, desórdenes, gritos, consignas, abucheos, incluso por sobre la interpretación del Himno Nacional de Chile. Entre las consignas se escuchaba “liberar a los presos por la revuelta”, entre otras.
Sin duda el acto de instalación de la Convención careció de la solemnidad y seriedad que se suponía debía tener por la trascendencia de su misión: redactar una nueva Constitución Política de la República Chile. No es fácil augurar por ahora que el clima en que se deberían desarrollar los debates vaya a ser el más adecuado. Se necesita que allí impere un clima de diálogo y tolerancia entre las distintas posiciones de los convencionales.
Sólo cabría esperar que el ambiente de tensiones y agresividad al interior y en las calles que rodearon la instalación, no sea el que predomine en todo el periodo. La ciudadanía chilena necesita que el resultado de esta Convención se traduzca en una nueva Constitución que refleje las aspiraciones de todos los chilenos.
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F r a s e
“Convierte tu muro en un peldaño”
(Rainer María Rilke)