Como medio informativo independiente, no es posible permanecer ajenos a la realidad circundante en distintos planos. El mundo globalizado actual funciona interconectado y así los sucesos que ocurran en otras latitudes, según su trascendencia, merecen ser abordados.
Es oportuno recordar expresiones del senador Francisco Huenchumilla, hace algún tiempo, quien dio a conocer que en el país existen unas dos mil comunidades mapuche y que de ellas no más de un 5%, es decir, sólo unas 100 comunidades están por reivindicar sus aspiraciones mediante la violencia.
Estos medios, diario y radio, valoran, reconocen y respetan profundamente a la población de esa etnia, con la que históricamente mantiene cordiales y fraternas relaciones. Esas comunidades también sienten que estos medios contribuyen directa o indirectamente a sus esfuerzos de desarrollo y progreso mediante la información.
No obstante, la situación en la llamada macro zona sur marcada por la violencia y la destrucción, requiere una mirada crítica atendida la inseguridad de muchas familias de chilenos y de ascendencia mapuche que ven vulnerados sus derechos a la paz y la concordia en medio de ausencia de la ley.
El gobierno, no ha tenido la capacidad y la voluntad de aplicar la ley e impedir acciones violentistas de grupos radicales que vienen dejando estelas de destrucción y muerte por varios años. En los últimos tiempos las evidencias no permiten soslayar lo que está sucediendo.
No es admisible seguir escuchando declaraciones desde el más alto nivel del gobierno señalando que lo que ocurre es “intolerable” o “inaceptable” y anunciando querellas en contra de quienes resulten responsables sin resultados positivos.
Es hora que las autoridades adopten una actitud enérgica y proactiva para impedir la acción de grupos violentistas, aplicar la ley y reforzar el papel de los órganos y servicios encargados de hacerla cumplir. La ciudadanía de la región así lo demanda.
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F r a s e
“La violencia es el miedo a los ideales de los demás”
(Mahatma Gandhi)