Sueña lo que desees soñar;
ve dónde desees ir;
sé lo que deseas ser,
porque solamente tienes
una vida y una oportunidad
para hacer las cosas que ambicionas.
Ten la suficiente felicidad que te haga dulce,
los suficientes tropiezos que te hagan fuerte,
la suficiente tristeza que te haga humano
y la suficiente esperanza que te haga feliz.
Recuerda que la vida comienza con
una sonrisa, crece con una ilusión
y se fortalece con el anhelo de ser
cada día un poco más sensible,
más afectuoso, más amable
e íntimamente bello.
Hoy por hoy, siento que este es el mandato universal para la Humanidad. Lo que dice, Gaspar Núñez De Arce, el autor de este poema de “Arriba los Corazones”, es una buena invitación a vivir la vida de manera auténtica y sincera, a no perder las oportunidades y también a querer ser una persona BUENA. Sin duda que la BONDAD o la BUENURA es una cuestión de voluntad y esfuerzo. Es también una decisión personal con repercusiones importantes en lo colectivo. El ser BUENO, tiene dimensiones éticas y estéticas. Yo quiero ser BUENO, amando, respetando y ayudando a los demás.
Los tiempos que corren para la Humanidad en todo el planeta, al simple análisis, no van en la misma dirección de lo que propone “SursumCorda”. Vemos violencia, odio, explotación, dolor, guerra y muerte por doquier. Más ahí está el poema como una propuesta abierta en el tiempo para todo aquel que quiera acercarse a ella.
Las relaciones interpersonales en la sociedad chilena, están tensas y complicadas. Podríamos decir que, como país, somos parte de una crisis generalizada que se puede ver fácilmente en todo el mundo. La nuestra, nuestra crisis, tiene características propias. Aquí, como sucedió en la Europa semi feudal previa a la Primera Guerra Mundial, existe un destape o un “darse cuenta” de cuestiones que décadas atrás las mayorías no percibían fácilmente: abusos, injusticias, corrupción, desigualdades abisales, pocos muy ricos y muchos muy pobres. Un desequilibrio que no se pudo sostener en el tiempo y “reventó”. Por eso ahora estamos en lo que estamos dado que la primitiva CP (*) de 1980 sólo dio el ancho para unos pocos. Ahora tenemos Constituyentes, aprendiendo a construir una CP, nueva y que no sea para unos pocos. OREMUS.
También, estamos próximos al fin del Gobierno de Sebastián Piñera y muy próximos a las elecciones para elegir a un nuevo Presidente(a) de La República. Aquí, según mi parecer, este nuevo Gobierno que se nos viene si bien es cierto será también de cuatro años, tendrá características inevitables de “transición”, pues durante su mandato cambiarán radicalmente las “reglas del juego” y la normativa será otra. Esto, tan especial para un Gobierno y para su Gobernante, requiere de un Presidente y un equipo asesor, particularmente equilibrado, que dé todas las garantías al buen funcionamiento de la Convención Constituyente, sin inmiscuirse en su “vida íntima” y al funcionamiento completo de todas las Instituciones Nacionales.
Entre 1990 y el 2021, en lo político hemos recurrido al “péndulo” entre izquierda y derecha varias veces. Hemos tenido logros, pero no los suficientes. Los que ganaron en las primarias de este domingo reciente, no deben sentirse triunfadores, ni menos futuros Presidentes de Chile. No olviden que, a mediados de agosto, entra al “ruedo” de la competencia presidencial YASNA PROVOSTE CAMPILLAY, que será la candidata de una centro-izquierda que a muchos chilenos puede gustarles como alternativa de equilibrio feminista y mano firme ante los dos extremos que representan Jadue y Lavín.
(*)CP=CONSTITUCIÓN POLÍTICA
MI CORREO: panchana.1942@gmail.com
NOTA DE LA DIRECCIÓN:
Las opiniones vertidas en esta sección son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten y no representan, necesariamente, el pensamiento del diario Correo del lago.