Si reflexionamos, seriamente, sobre nuestro destino político actual en Chile, creo, no es difícil a que estemos de acuerdo en algunas cuestiones básicas. Nos guste o no. Por ejemplo, son hechos de la causa nacional que según los últimos resultados eleccionarios, desde la Constituyente a las Primarias, los chilenos que han votado lo han realizado mayoritariamente por personas que representan posiciones políticas, sociales, éticas y afectivas de arraigo popular y de izquierda. Otro hecho de la causa es que los resultados de la Convención Constituyente, sean estos en uno o dos años más, dada la correlación de fuerzas políticas en su interior, avizoran inequívocamente una Constitución de notable connotación popular, laica y favorecedora de los derechos de las grandes mayorías en donde serán cambiadas las estructuras de poder y se variará el eje fundamental de los intereses de unos pocos. Así, el agua, la educación, la vivienda, la banca, la previsión social y todo lo demás, apuntará a cambiar la brújula en favor de las mayorías. Si a esto le sumamos la cuasi desaparición total de la influencia de los partidos políticos tradicionales de ambos lados del espectro y la aparición de conglomerados y corrientes nuevas de pensamiento de izquierda, podemos decir que estamos viviendo un periodo cismático o revolucionario equivalente al del año 1973, pero de signo contrario.
Las elecciones Presidenciales son en pocos meses más. A lo que sucedió con Sichel y Boric, se sumarán ahora nuevos candidatos que con o sin primarias irán a la papeleta y sin duda enredarán el “naipe” de las probabilidades presidenciales y habrá que entrar nuevamente en “apuestas”, supuestos y conjeturas. Por lo pronto, a Boric, le comenzará a pesar el protagonismo del PC en su necesidad estratégica de abrirse al Centro político, que no es del agrado comunista. Por otra parte la derecha con Sichel no la tiene fácil por su necesidad de captar los votos del mismo Centro, cosa que a la derecha dura y ultra conservadora no le apetece para nada.
La propuesta presidencial desde Vallenar de hace unos días hecha por Yasna Provoste en medio de sus amigos y vecinos y en ausencia total de políticos afines con ella, creo que fue tardía y poco clara en relación al mecanismo de selección entre sus iguales de “Unidad Constituyente”. Ahora no se si esta candidatura “YÁSNICA”, podrá remontar y aglutinar a todos aquellos que soñábamos con salvarnos de los extremos de la Izquierda y de la Derecha. Lo cierto es que los apetitos presidenciales se han destapado y serán muchos los que postularán por la primera magistratura más que por llegar al poder, por aparecer en la papeleta y asegurarse un nombre en la historia de Chile. Por la derecha dura, sin duda irá José Antonio Kast, que le restará votos a Sichel y por el otro lado los rumores vuelan alto y se comenta que el candidato más a la izquierda de Boric, podría ser Jorge Sharp, alcalde de Valparaíso, como abanderado de la Lista del Pueblo. Lo mismo se rumorea con el MEO, y con otros tantos que le quitarían fuerza a las opciones de Boric o de la Senadora Provoste.
Las cartas están echadas y lo que se ha construido, social y políticamente a partir del estallido social, nos guste o no, es irreversible y SIN RETORNO. Entonces lo patriótico es navegar en esta deriva, inteligentemente, abogando y luchando por que todo se haga en LIBERTAD, DEMOCRACIA Y PAZ. De lo contrario, los cambios no durarán y la convivencia nacional se nos hará, una vez más, insoportable.
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