Aunque economistas de distintos signos y algunos políticos se oponen a un cuarto retiro de los fondos de pensiones, se sabe que una gran mayoría está a favor. A la fecha aún no se conoce la suerte que correrá un proyecto en favor del retiro en el congreso.
Quienes se oponen tienen variados argumentos, que se pueden resumir en que el exceso de circulación de moneda puede acelerar el proceso inflacionario que ya se hace notorio. Otro motivo es que gran parte de los cotizantes ya tiene su cuenta en blanco por los tres retiros anteriores.
Se dice también que la gente más necesitada está recibiendo el IFE (Ingreso Familiar de Emergencia). Pero para muchos el IFE no es capaz de solventar sus necesidades y falencias surgidas por efectos de la pandemia.
Por tanto, los más favorecidos con un cuarto giro de dinero serían personas de mejor situación que ahora no requieren esos recursos. Todo esto parece ser cierto aunque lo relativo a la inflación resulta más complicado de asimilar.
En términos simples, la inflación consiste en que el valor del dinero se va haciendo cada vez menor debido que hay mayor demanda de la gente. Los precios de productos, bienes y servicios suben y así se requiere cada vez más dinero para adquirirlos. Quienes tienen buenos ingresos no resienten este problema en la misma medida que aquellos de menores ingresos que son los más afectados por la inflación.
En cuanto a argumentos a favor, el más importante es que el dinero acumulado es propiedad personal de cada individuo y, por ende, cada cual tiene derecho a hacer con esos recursos lo que estime conveniente.
Asimismo, los estragos causados por el Covid-19 por cierre de fuentes laborales, desempleo y el demorado apoyo estatal, hacen que muchas personas necesiten realmente disponer de sus fondos acumulados en las AFP. Por tanto, los esperan y con razón.
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F r a s e
“La inflación es un impuesto sin legislación”
(Milton Fridman)