La reapertura del Paso Internacional Mamuil Malal, en la comuna de Curarrehue y de beneficio para Pucón y Villarrica, ha puesto término a un largo período de aislamiento binacional. Por más de dos años se había mantenido cerrado por efectos conexos de la pandemia.
Naturalmente, la resolución del gobierno para reabrir dicho paso, ha causado satisfacción y optimismo en el ámbito del turismo. Sabido es que buena parte de esta actividad en la zona proviene tradicionalmente de la Argentina.
No obstante eso, la rehabilitación del paso citado es también un alivio para innumerables personas que tienen familiares radicados en las provincias de Neuquén y Río Negro. Ha habido muchos casos de personas que requerían cruzar los Andes por razones de enfermedades e incluso en lamentables fallecimientos de algún familiar.
Las autoridades regionales y comunales estuvieron presentes en la reapertura del paso internacional, el tránsito binacional se reanudó, pero los servicios de transportes de pasajeros se mantuvieron ausentes. El Delegado Presidencial no se refirió a este asunto que también reviste mucha importancia.
La empresa Igi Llaima que cubría este recorrido, no sólo cerró su oficina en Villarrica. Tampoco se ocupó más del personal que servía allí y ahora no ha dado luces de retomar su actividad. Esta situación puede explicarse por el fuerte impacto financiero que significó para las empresas un cierre del paso tan prolongado. Ahora, sería un aporte la reanudación de sus recorridos.
Sería de interés que las autoridades se ocuparan también de este asunto que debe seguir contribuyendo a la normalización del intercambio habitual entre los dos países.
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F r a s e
“Sólo nos separamos para reencontrarnos”
(John Gray)