Los BOMBEROS DE CHILE, son una de las instituciones más nobles y desinteresadas. Aquí, como no sucede en otras partes del mundo, ellos no son remunerados y sostienen su institución, su estructura, sus edificios, sus instrumentos, sus maquinarias y la existencia al interior de sus cuarteles con una ayuda estatal que siempre es insuficiente y escasa. Se ayudan también con colectas y aportes de instituciones particulares y donaciones espontáneas. Los vemos siempre en las carreteras y ciudades pidiendo nuestra contribución y ayuda. Allí están con sus uniformes y sus alcancías solicitando nuestro óbolo voluntario.
Bomberos están, no solo en los incendios. Ellos también asisten en ayuda en los accidentes automovilísticos con instrumental especial para sacar a las personas. Lo mismo que están ayudando y cooperando en todas las calamidades públicas.
La verdad es que esta institución, tan importante y vital para todos los chilenos, siempre viven al tres y al cuatro pues los aportes son insuficientes y escasos. Si buscamos soluciones permanentes para financiar a esta institución y sus funciones, la encontramos en Villarrica, en donde la Ilustre Municipalidad, ha facultado a BOMBEROS en la administración del cobro de estacionamientos de la ciudad, con el pago de un cierto interés mensual a ella. Esta es una idea muy buena y loable que debe permanecer en el tiempo, para que así este cuerpo de voluntarios pueda realizar de buena manera sus importantes funciones.
UN EJEMPLO: Hace pocos días y de retorno de Curarrehue, en el cruce con Palguín, en nuestro vehículo caímos en uno de los tantos hoyos o “eventos”, como se les llama eufemísticamente, y allí quedamos botados con una rueda desintegrada. Nos salvó y ayudó un BOMBERO de Pucón que voluntariamente nos asistió hasta que encontramos una solución y poder continuar.
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