El uso continuo de calles y caminos a lo que se suma la deficiente construcción y escasa mantención, ha hecho crisis en Pucón y Villarrica en un proceso de deterioro progresivo al menos desde el año pasado. Por tanto, la responsabilidad recae también en el gobierno anterior.
Esta afirmación se basa en que los servicios responsables son el ministerio de Obras Públicas (MOP) y de la Dirección de Vialidad. Licitaciones burocráticas lentas y mal diseñadas; constructoras insolventes económica y profesionalmente; deficiente o poca estricta fiscalización, han derivado en repetidos fracasos en el asfaltado de calles y caminos.
Recurrentes actos con participación de vecinos y de autoridades de Seremis, de Vialidad celebrando aprobaciones de presupuestos y de diseños de obras, resultan injustificables a la vista de los resultados negativos que las personas no sólo comprueban sino que además, deben sufrir día a día.
Los municipios han desplegado gestiones ante el MOP y Vialidad a nivel regional y nacional, sin que en el nuevo gobierno tampoco haya habido más prontas soluciones. Ante eso los alcaldes han optado por obtener financiamiento para compra de maquinaria especializada que permita a las mismas municipalidades acometer este tipo de obras lo que en rigor no le correspondería.
Esos equipos en países desarrollados son capaces de abordar por tramos acotados una calzada en mal estado, prepararla y luego asfaltarla con material de excelencia en un par de días incluso con trabajo nocturno. Se dirá que el costo de esa maquinaria es demasiado alto. Puede ser, pero la dignidad y calidad de vida de las personas lo exige.
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F r a s e
“Rara vez es mal año en campo bien sembrado”
(Proverbio)