La realidad vial de calles y avenidas en prolongado mal estado al punto se hace muy difícil utilizarlos, originó una reacción tan inesperada como insólita en Villarrica. Lo sucedido el martes en el sector poblacional de Segunda Faja, fue una manifestación de protesta no sólo pacífica sino que muy innovadora.
Conductores y propietarios de taxis colectivos de Línea 1 que circulan en esa ciudadela, decidieron paralizar su actividad muy cerca del consultorio de salud. Pero no sólo eso. Estacionaron sus vehículos a un costado de la calzada y portando palas y material apropiado, intentaron rellenar algunos de los casi indescriptibles baches, hoyos y fracturas del asfalto destruido.
El director de Tránsito municipal compareció al lugar en ausencia del alcalde y se acordó reunirse en la tarde de ese día. El municipio emitió una declaración en la que reconoció el problema y pidió disculpas a los usuarios.
Lo que parece claro es que se necesita la disposición del ministerio de Obras Públicas y de su Dirección de Vialidad, cuyos directivos al parecer estarían llanos a intervenir ahora activamente y no sólo mediante promesas.
El caso de Pucón es levemente distinto porque su realidad es básicamente sólo de caminos intransitables. Su alcalde se reunió recién con el director regional de Vialidad, quien comprometió una visita para dentro de tres semanas. Lo importante es que toda reunión y diálogo se traduzca cuanto antes en acción.
Con métodos discursivos y sólo reactivos, no es mucho lo que se podrá lograr en corto plazo. Los perjuicios a los vecinos y a los vehículos, exigen pronta solución.
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F r a s e
“Apresúrate siempre hacia la solución”
(Horacio)