A propósito de la reciente entrega en sectores rurales de Villarrica de tres sedes sociales, se han conocido dichos de algunos dirigentes vecinales de Huincacara Sur, Chesque Alto y Nalcahue y de autoridades regionales, que ameritan un breve análisis.
Los dirigentes vecinales, como sucede por lo común, agradecieron los avances que significan las sedes sociales para las comunidades rurales, como otras veces aplauden ideas, proyectos o diseños de obras en actos más bien comunicacionales. De todos modos, la actitud de esos pobladores refleja con nitidez gratitud y respeto de gente de bien.
Pero en donde parece haber equívocos, es en asumir que los adelantos sociales se concretan con recursos de las propias autoridades que, a veces con sesgos paternalistas, se arrogan papeles que no les corresponde. Hay que considerar que sólo cumplen con la obligación para la que han sido designados, aparte de la función política que habitualmente ejercen prioritariamente.
Los recursos financieros de toda obra pública, grande o pequeña, son aportados por todos los chilenos y no son del patrimonio de algunos altos funcionarios. En la ocasión referida, el Delegado Presidencial de La Araucanía, aprovechó de destacar algunas medidas de beneficio social anunciadas hace poco por el mismo Presidente de la República y tácitamente atribuyó al gobierno el mérito de estos y otros beneficios de la población.
Al respecto, es oportuno aclarar que en cinco meses de la actual administración, una gran mayoría de las obras, los recursos y las medidas anunciadas, se han gestado y concretado, guste o no, en el gobierno anterior. Se recuerda que el Presupuesto Nacional se aprueba de un año (2021) para el siguiente y esto es válido para todos los gobiernos bajo la normativa constitucional vigente.
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F r a s e
“Vale más un minuto de pie que una vida de rodillas”
(José Martí)