A una semana del plebiscito constitucional de salida, las rivalidades entre los chilenos se agudizan en medio de hechos políticos especialmente en la macro zona sur, que son interpretados en favor de uno y otro bando. Al final, esas diferencias se dirimirán el domingo 4.
No obstante lo anterior, sea cual fuere la opción ganadora, los debates no se extinguirán. Desde allí, los electores serán testigos de apasionadas controversias acerca de cómo deberá continuar un proceso ya sea si gana una u otra posición.
Habrá que acordar cómo se implementará un nuevo procedimiento constitucional, en caso de que la propuesta sea rechazada. O, de cómo se irá poniendo en práctica una aprobación de la misma. Es decir, surgirán nuevas incógnitas que se deberán aclarar en cierto tiempo.
El texto propuesto contiene numerosas materias que estarán sujetas a ley y que tendrían trámites legislativos complejos. También es conocido que más de un centenar de artículos transitorios en la propuesta requerirán ser implementados en tiempos que no serán breves.
En el caso de un triunfo del rechazo, al parecer hay acuerdo en iniciar un nuevo proceso constituyente respetando los mismos parámetros ya establecidos por la ley. En tal caso, debería haber un plebiscito de entrada, una convención y un plebiscito de salida.
En este punto no habría acuerdo previo. El propio Presidente Boric y el oficialismo, han dicho que el plebiscito de entrada debería eliminarse. La oposición plantea lo contrario y agrega que los convencionales deberían ser elegidos en forma más representativa.
En suma, sea cual fuere el resultado este domingo 4, quedarán importantes asuntos pendientes que necesitarán de un factor que suele quedar ausente: la racionalidad.
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F r a s e
“Las incógnitas se resuelven con racionalidad y no con emociones” (Pitágoras)