El gobierno del presidente Boric, introdujo algunos cambios en su gabinete ministerial, como se había previsto. Esas modificaciones tienen rostro de bálsamo ante una derrota aplastante del texto, del Presidente Boric y su gobierno que se jugaron enteros por la propuesta.
Las modificaciones a su gabinete, intentan abrir un tanto su disminuido apoyo político con dos representantes de los 30 años de la ex Concertación, de la que las coaliciones de gobierno abominan. Ana Lya Uriarte, brazo derecho de la ex presidenta Bachelet, y Carolina Tohá, en el gobierno del ex presidente Lagos.
Para el llamado su segundo tiempo, el gobierno no disimula su afán de desligarse de la ex Convención y de su texto rechazado ampliamente el domingo 4. Pero sucede que todos tienen muy claro el apoyo total dado a lo que hoy constituye un lastre imposible de obviar.
¿Por qué y cómo ganó la opción rechazo? En mi opinión, la avalancha soberana tuvo entre varias causales un fuerte sentimiento nacional y patriótico ante los desvaríos plurinacionalistas. El electorado mayor se volcó en masa a las urnas impelido por ese sentimiento de chilenidad más que por la sanción que significara su ausencia.
Se sumaron importantes factores diversos, como la inseguridad, la disociación del agua del campo, la salud, la educación, las pensiones, los sistemas político y de justicia muy ajenos en el texto a la cordura y a la realidad que, al final sellaron la indiscutida victoria.
Ahora la interrogante es cómo continuará el proceso en lo adelante. Hay quienes se oponen derechamente a uno nuevo y optan por conservar la Carta actual aunque muchos creen que eso políticamente sería inviable.
Otros creen que para poner término definitivo al tema de la actual constitución, sería aceptable un proceso sobre reglas muy claras, de unos 6 meses, con 80 integrantes (5 por región), sin escaños reservados, sin paridad de género y con nuevos constituyentes, entre otras normas.
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