Hace un año, octubre 2021, entró en vigencia la obligatoriedad para todos los vehículos nuevos en el país de contar con el sistema de antibloqueo de frenos, ABS. El propósito fue elevar los estándares de seguridad vial.
Ahora, desde el lunes último, todos los vehículos livianos nuevos de pasajeros en Chile deben contar obligadamente con el Programa Electrónico de Estabilidad (ESP). Así lo reafirmó la Subsecretaría de Transportes del gobierno.
El ESP es un mecanismo que mejora la estabilidad direccional del vehículo mediante un control automático del frenado de las ruedas en cada eje. Como justificación, se tuvo en cuenta que en la última década fallecieron más de 2.800 personas por la pérdida de control del vehículo en la conducción.
Los nuevos requisitos, que parecen razonables, se basan en estadísticas no muy precisas. Los datos sobre accidentes no especifican que todos ocurran por fallas mecánicas. Sólo señalan en algunos casos que el conductor pierde el control de su vehículo, lo que puede ser por causas diversas, circunstancias del tránsito, mal estado de caminos o calles, problemas de salud, consumo de alcohol o drogas del conductor, etc.
Esta nueva obligación recuerda otras como botiquín, triángulos, cinturones, sillas infantiles, convertidor catalítico y ahora el sistema ABS y el reciente ESP. Algunas de ellas han ido quedando en el olvido y hoy tienen preminencia las más modernas que son fiscalizadas en las revisiones técnicas de cada año.
Lo que parece indesmentible es que todas estas normas se han traducido en muy rentables negocios para quienes se dedican al rubro automotor. Es de esperar que la imposición de nuevos requisitos no oculte prioridad de intereses particulares.
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F r a s e
“No vive el que no vive seguro”
(Francisco de Quevedo)