Los acontecimientos políticos de los últimos días, están centrados principalmente en las tratativas de un grupo de políticos sobre un probable nuevo proceso constituyente.
Mientras, en la gran cocina del Congreso se diseña la columna vertebral de una eventual nueva Carta, con indiferencia del resultado del 4/9 y del clamor de muchos por un plebiscito de entrada.
En los últimos días, la comunidad nacional lamenta el homicidio del sargento de Carabineros, Carlos Retamal, víctima de un alevoso y brutal ataque de un desalmado ya detenido. Entre tanto, en Puerto Montt, una pandilla de facinerosos atacaba a una patrulla de uniformados en el curso de un procedimientos policial.
Carabineros de Chile viene siendo objeto de persistentes afanes destructivos de su imagen pública por parte de sectores de una extrema izquierda ideologizada que se empeña en refundar la institución. Por ello y por falta de respaldo, la figura de autoridad de los carabineros se ha debilitado.
Es probable que esos sectores radicales deseen disponer de una policía condescendiente y adoctrinada, como sucede en regímenes de otros países. Sin embargo, una mayoría de ciudadanos no comparte esa idea.
Por el contrario, la gente reconoce la labor irremplazable de Carabineros de Chile en su función profesional de control del orden público y protección de la ciudadanía de acuerdo a la Constitución y las leyes. Muchos piensan también que no deben existir limitaciones que inhiban su accionar y el legítimo derecho a la defensa propia.
Es conocido que la institución de cerca de 60 mil hombres y mujeres, enfrenta episodios de trasgresión a la ley y a las normas éticas por algunos de sus ex miembros, pero como corresponde, esos casos inaceptables están en manos de la justicia.
Carabineros de Chile debe superar esas situaciones para seguir contando con el respaldo y confianza de toda la población.