La Derecha política chilena se enredó con el RECHAZO y se convenció a si misma que “la pelota” era de ellos e insisten en llevársela para la casa, lo que sumado a la absurda realidad que se vive en el Congreso Nacional, en donde el que menos gana, se echa al bolsillo 10 palos y eso hace que pierdan el foco con gran facilidad y opten por mirarse el ombligo en la mañana y en la tarde, discutir sobre cuestiones que les atañen a ellos y no resolver las urgencias que están relacionadas con las necesidades de los ciudadanos que miramos desde afuera el show permanente de las élites de izquierda y derecha que bailan y bailan al son de su propia música.
Por su parte el Gobierno del Presidente Boric y sus huestes juveniles de aprendices del Poder, allí están al “awaite” de lo que va pasando día a día, para reaccionar de la mejor forma posible. Al no tener, como apoyo de su programa de Gobierno la aprobación de la Constitución que fue rechazada, sus capacidades de adaptación a la nueva realidad demandante, es observablemente lenta e improvisada. La real reestructuración de una propuesta política le costará mucho al nuevo Gobierno, además de grandes dolores de cabeza por tener que adaptarse al juego de los acuerdos y negociaciones con un Congreso en donde no tienen mayoría, lo que los hace alejarse del programa soñado e idealizado que se parecía mucho al que proponía en su mejor esencia la rechazada Constitución.
El epítome de ceguera política, fue la encerrona que lideró el Señor Rafael Cumsille, presidente de la micro, pequeña y mediana empresa, invitando al Presidente de la República para insultarlo y burlarse de él y de su gestión. A todas luces los que invitaron, eran una comparsa rara y organizada, con escenografía previamente ensayada. Fue muy extraño el espectáculo y muestra lo peor de los que se creen dueños absolutos de la pelota y no lo son.
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