¿QUIÉN DIJO QUE TODO ESTÁ PERDIDO?
Las SOLUCIONES a los problemas humanos, van estrictamente de la mano con las DECISIONES que seamos capaces de tomar. Esta es una verdad incuestionable. Como bien sabemos, los problemas humanos o de la Humanidad en general, son múltiples y sin duda algunos muy complejos y que superan con mucho el poder de DECISIÓN de una sola persona. En innumerable ocasiones, es necesario aunar voluntades, criterios y poderes para poder enfrentar “sabiamente” las soluciones a problemas complejos tomando las mejores DECISIONES de manera conjunta o democráticamente por las vías del diálogo, las consultas populares o los plebiscitos.
No es solamente Chile, el que hoy vive en medio del marasmo y la confusión social, política y económica. Gran parte de los países del Mundo están en el mismo enredo. Se hace observable que la triste experiencia histórica de terribles y feroces eventos bélicos con millones de muertos, no ha servido para evitar nuevamente las guerras y las matanzas. No aprendemos, lo demuestra Rusia con la invasión a Ucrania y la proximidad del involucramiento de la OTAN por el lado Occidental y las potencias Orientales que apoyarían a la ex URSS. Una imbecilidad sin nombre.
Pero vamos a Chile. Aquí somos aproximadamente 18 millones de almas que habitamos esta larga, rara y a veces hermosa franja de tierra de 4.270 Km de largo, con un ancho máximo de 445 Km y un total de fronteras con nuestros 3 vecinos de 7.801 km. Con una población pésimamente repartida con casi 8 millones en la Región Metropolitana. Los restantes 10 millones somos provincianos “mirando a Santiago” para todo orden de cosas. Nuestros problemas internos son numerosos y graves, pero SOLUCIONABLES con voluntad y tesón. Muchos países del planeta han salido de crisis terriblemente peores (Alemania y Japón en 1945 por ejemplo). La traba permanente para tomar las mejores DECISIONES, es el Oficialismo del Gobierno que está de turno contra una Oposición también de turno por 4 años. Estos dos poderes se neutralizan mutuamente y no existe acción posible que nos conduzca a buen puerto.
La Nueva Constitución, guste o no va a tener su “parto” el 2024 y veremos si nos convence o no. Votaremos al igual que el 4S, en consecuencia. Si la rechazamos seguiremos con la del 80. Ojalá no sea así. Pero mientras ese marco regulador avanza “a su modito”, tenemos que parar ahora con voluntad unánime (Izquierda, Centro, Derecha y el 80% restante) la narco delincuencia, los robos, la piromanía, los asaltos, los portonazos, la migración forzada, las tomas de terrenos, las maras en el Norte, el Centro y el Sur. Si no lo hacemos con fuerza y unidad, se tomarán progresivamente todo el país. Solucionado este prioritario dilema, nos vamos paso a paso con los otros graves problemas nacionales que no son pocos. La pésima distribución de la riqueza que dejó el experimento económico neo liberal debemos superarlo tomando buenas DECISIONES. Ni hablar de las DECISIONES que nos quedan pendientes sobre la Educación, la Salud, Las ISAPRES, Las AFP, las jubilaciones, Todas cuestiones difíciles, pero con voluntad, unidad y fuerza podemos salir de todos estos atolladeros. Ahora bien. Chile es un país chiquitito en el contexto mundial, que no le importa mucho a nadie y que muy pocos conocen y saben en qué parte del mapamundi se encuentra. Nadie nos va a resolver los problemas internos y propios, tenemos que abandonar nuestros ideologismos caducos y vetustos y optar por las mejores DECISIONES con pragmatismo y eclécticamente, sacando lo mejor de nosotros y de los demás en beneficio propio. Si esto no se produce y no somos capaces de abandonar nuestra terrible neurosis autodestructiva para resolver y ordenar la casa amenazada, entonces “ADIOS PAMPA MÍA” (tango), no tenemos remedio.
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