Martes de comentario
(Por: Francisco Julio M.)
Recién en Argentina
Acabamos de llegar de Argentina en un viaje de una semana que realizamos partiendo por estarnos un par de días en Frutillar, en la ribera del majestuoso lago Llanquihue. Este pueblo lo tiene todo, en especial en este tiempo en que casi comienza el otoño y ya los niñitos volvieron a clases, los papás regresaron a sus trabajos y todo el sur queda tranquilo y en paz.
Paseamos en un catamarán durante dos horas por 6 luquitas. Una ganga. Vimos toda la belleza del pueblo desde el lago. El teatro del lago es impresionante en su colorido y arquitectura mirada desde dentro del lago. La librería del teatro del lago es bien surtida, acogedora y tiene libros actualizados y tan caros como en el resto del país.
Bueno, nos fuimos a Bariloche por el paso Samoré y a contra pelo con mis temores de un paso fronterizo complicado, burocrático y tramitador en todo eso de la aduana y la migración, además de una supuesta aglomeración por el campeonato mundial de moto cross que se celebró el viernes 10, sábado 11 y domingo 12 de marzo en la ciudad de Angostura, a la vera del lago Nahuel Huapi, no pasó nada y todo fue sólo supuestos y pre-ocupaciones mías. Todo el mundo atento y facilitador en los trámites. Pasamos volando por Angostura que era puro ruido de escapes de motos y adolescentes corriendo en sus aparatos móviles por todos lados. Había que huir y rápidamente.
El camino que circunvala el lago va entre el bosque nativo y en la ribera del enorme Nahuel Huapi. Llegamos a eso de las 16.00 horas y en la calle Bustillo encontramos una cabañita en una posada que se llama graciosamente “La Caleta”. Allí estuvimos dos días vagando y haciéndole a esas comidas típicas argentinas que hacen subir 5 kgs en una semana. Pastas y bife chorizo, cerveza y buenos vinos mendocinos.
El sábado partimos con rumbo a San Martín de los Andes por la ruta de los Siete Lagos y debimos pasar nuevamente por Angostura para tomar ese hermoso camino que está intermedio entre esta ciudad y el complejo aduanero de Samoré. Fue una odisea esta pasada. Todo el pueblo estaba estacionado a los lados del camino con sus autos, y sus motos, sus camionetas y camiones, quioscos de ventas y cuanto negocio de comida y bebestibles. Fueron 20 kilómetros de avanzar entre vehículos, policías y personas que caminaban hacia la pista internacional de Moto Cross instalada en un bosque lejano elegido para este fin. Finalmente salimos del atolladero y doblamos hacia la tierra prometida. Por muchos bosques, selva, montañas, acantilados, lagos y ríos llegamos al lago Lácar y a San Martín de los Andes.
Los argentinos son personas muy diferentes a nosotros pese a estar tan cercanos. Ellos son extrovertidos, argumentadores y saben explicar lo que tienen en su mente con mayor soltura que nosotros. Como los italianos, rápidos en el decir y algo gritones. Esas conductas a nosotros nos inhiben, somos chupados. Argentina está en medio de una gran inflación, cercana al 80 y más %. Eso hace que se deba andar con un “turro” de billetes que valen poco y ocupan mucho espacio. Pero la verdad es que todo está un poco más barato que en Chile y lo que es un placer morboso para nosotros es el precio de la gasolina. $400 pesos el litro de 95 octanos. Un chiste de mal gusto para nosotros que pagamos por la misma cuatro o cinco veces más.
Dejamos la hermosa ciudad de San Martín con su olor a cordero asado el día domingo y no nos vinimos por el paso Hua Hum en la barcaza que atraviesa el lago Pirihueco, por cuanto había que hacer reserva con antelación. Optamos por Tromen y nos fue bien, buena atención en Tromen (aduana Argentina) y en Mamuil Malal (aduana chilena).
Lo paradójico es comparar los notables progresos camineros realizados por Chile con caminos pavimentados y mantenidos de manera prolija, limpia y de alta calidad. Por el contrario, los caminos de llegada a la frontera Argentina, son espantosamente malos, de ripio y piedras, con mucha calamina e irregularidades peligrosas. En cada frontera sureña Argentinas, son 10, 20 o 40 kms de mal camino, que daña los vehículos y hace correr serios y graves riesgos. No se ve progreso en este sentido. Así y todo fue una aventura maravillosa.
MI CORREO: panchana.1942@gmail.com