Granada está escribiendo un nuevo capítulo en su historia administrativa. Por primera vez en 14 años, las cuentas del Ayuntamiento llegarán a tiempo, pero no sin desatar un intenso debate en el pleno municipal. Este presupuesto promete cambiar las reglas del juego, pero también abre interrogantes clave sobre la cultura y los servicios públicos en la ciudad.
El presupuesto que marca un antes y un después
El pleno municipal de Granada ha dado luz verde al presupuesto de 2025 en una ajustada sesión que, como era de esperar, no estuvo exenta de tensiones. Con los votos favorables del Partido Popular, que gobierna con mayoría absoluta, y la oposición frontal del PSOE y Vox, estas cuentas proyectan ingresos de 340,6 millones de euros frente a gastos de 330,9 millones. Una tenue diferencia que pone el foco en la gestión futura de la administración local.
Sin embargo, lo realmente histórico es que este presupuesto entrará en vigor «en tiempo y forma» el próximo 1 de enero, algo que no sucedía desde hace más de una década. Esta eficiencia administrativa podría no solo agilizar los procesos, sino también ofrecer mayor certeza a proyectos fundamentales como los servicios de limpieza, mantenimiento y una marcada apuesta por la cultura.
Reivindicaciones en la puerta del Ayuntamiento
Mientras en el pleno se debatía intensamente, a escasos metros, en la Plaza del Carmen, la realidad social se hacía sentir con fuerza. La plataforma La Calle Mata se congregó desde primera hora de la mañana para llamar la atención sobre la situación de las personas sin hogar. Ni el frío ni la rutina lograron acallar sus demandas, en busca de medidas urgentes que respondan a esta crisis invisible.
A su protesta se sumaron también los sindicatos municipales, que levantaron la voz contra la política de personal del Ayuntamiento. Representantes de organizaciones como CSIF, Sitag, UGT y CCOO exigieron una mayor atención y recursos para mejorar los servicios públicos en la ciudad. Granada, siempre vibrante, enfrenta un malabarismo entre las prioridades culturales y las necesidades sociales.
Cultura en el centro del debate
En paralelo al presupuesto, otra batalla se libró en el pleno: el futuro cultural de Granada. La moción del PSOE para que la Junta equiparase el respaldo económico a proyectos culturales de Granada al de otras ciudades como Málaga o Sevilla quedó en el aire, sin los votos necesarios para prosperar. Esto pone en duda el peso que jugará la cultura en los planes estratégicos de la ciudad, especialmente de cara a la carrera por ser Capital Europea de la Cultura en 2031.
El edil de Cultura, Juan Ramón Ferreira, defendió vehementemente que las críticas políticas no deben empañar esta candidatura. Para Ferreira, hacer de la cultura un arma política «daña la imagen de la ciudad» y obstaculiza un proyecto que debe ser de todos los granadinos, por encima de los colores partidistas.
Sin embargo, desde el PSOE, el concejal Juanjo Ibáñez demandó mayor compromiso financiero por parte de la Junta de Andalucía. Enfatizó la necesidad de equiparar el presupuesto de la Orquesta Ciudad de Granada al de otras grandes orquestas andaluzas, así como el del Parque de las Ciencias. Cada partida cultural, defendió Ibáñez, es una inversión estratégica en el futuro de la ciudad.
En este choque de visiones, Granada demuestra una vez más que es una urbe con un corazón cultural palpitante, pero también con necesidades urgentes que no pueden quedar relegadas en el camino.
Un presupuesto que refleja el pulso de Granada
La aprobación inicial del presupuesto 2025 es un mensaje claro: Granada quiere avanzar, pero no sin enfrentar debates cruciales. Entre las tensiones políticas, las reivindicaciones sociales y los retos culturales, este presupuesto no solo es un documento técnico, sino un reflejo del alma de la ciudad. Habrá que esperar al 20 de diciembre para su aprobación definitiva, pero lo que es innegable es que la Granada del futuro ya está en construcción—una ciudad que lucha por equilibrar su rica tradición con las oportunidades y desafíos del presente.