Una polémica decisión del gobierno australiano ha desatado la indignación mundial tras ejecutar una operación que dejó perplejos incluso a los expertos en conservación más experimentados.
La controvertida operación que sacudió Victoria
El Departamento de Medio Ambiente de Victoria ha llevado a cabo una acción sin precedentes: el sacrificio de 750 koalas mediante francotiradores desde helicópteros, tras los devastadores incendios que arrasaron más de 2.000 hectáreas del Parque Nacional de Budj Bim.
Las autoridades justificaron esta drástica medida argumentando que era una «matanza humanitaria» necesaria para evitar el sufrimiento prolongado de los marsupiales gravemente heridos y desnutridos tras la catástrofe natural.
Expertos cuestionan la metodología empleada
La Alianza por los Koalas, encabezada por Jess Robertson, ha criticado duramente el procedimiento, señalando la imposibilidad de evaluar adecuadamente el estado de salud de los animales desde el aire. El diputado Georgie Purcell del partido Justicia Animal expresó su preocupación por la falta de protocolos para identificar koalas hembra con crías.
«No existe forma de determinar con precisión el estado real de un koala desde un helicóptero», afirmó Robertson, cuestionando la validez científica del método empleado.
Un futuro incierto para la especie
Esta situación cobra especial relevancia considerando que el koala fue declarado especie en peligro de extinción en 2022. Las estadísticas son alarmantes: la población ha disminuido entre un 50% y 62% en las últimas dos décadas.
Los incendios forestales de 2019-2020 ya habían causado un impacto devastador, afectando al 71% de la población de koalas en algunas regiones. Este nuevo episodio plantea serias inquietudes sobre el futuro de estos icónicos marsupiales australianos.
Mientras las autoridades defienden su decisión como necesaria, los conservacionistas advierten que este tipo de acciones podrían sentar un peligroso precedente en el manejo de la fauna silvestre durante crisis ambientales.